Crear un pequeño jardín o huerto ecológico en casa es una práctica cada vez más extendida. Contar con un espacio verde en la caótica ciudad resulta beneficioso y no sólo para nuestra economía al producir nuestros propios alimentos.
Puede parecerte que instalar un huerto ecológico en nuestra terraza se trata de una tarea para expertos en la materia pero nada que ver. Aquí te contamos unos sencillos pasos cómo conseguirlo.
Una vez tienes listo tu huerto mantenerlo es una tarea un poco más entretenida. Es por ello que hoy queremos contarte una técnica muy útil para aportar nutrientes al suelo de forma natural y sin gastar un euro. Hablaremos del mantillo, ¿sabes de qué se trata?
Quienes tienen huerta desde hace tiempo bajo los principios de la agroecología, saben que el mantillo es una práctica indispensable para proteger el suelo en beneficio de los cultivos.
El mantillo, también conocido como mulch, protege al suelo de los rayos ultravioletas del sol, preservando así sus nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo de las plantas.
Entre otras funciones, el mulch, es útil para mantener la humedad, evitar cambios abruptos de temperaturas, cuidar las raíces, disminuir el impacto de las gotas de lluvia, evitar el crecimiento desmedido de algunos yuyos…
¿Mantillo orgánico o inorgánico?
Ambos tipos de mulch protegen al suelo de los rayos del sol, de la erosión y evitan el crecimiento de yuyos, pero claramente el mantillo orgánico es mejor porque resulta más permeable al agua de lluvia y además aporta materia orgánica a la huerta cuando se va degradando.
Mantillos orgánicos
Los mantillos orgánicos se componen de hojas secas, paja, recortes de césped, abono, astillas de cortezas, aserrín, especies forrajeras vivas e incluso cartón. Estos materiales al descomponerse van aportando nutrientes al suelo.
Retienen mejor la humedad, esto se traduce en un ahorro de agua de riego.
Mantienen a raya los yuyos, disminuyendo las tareas de mantenimiento de la huerta.
Al degradarse, activan la diversidad biológica del suelo y contribuyen a la formación de humus.
Protegen a las plantas de las heladas invernales y a las raíces del excesivo calor en verano.
Dependiendo el material utilizado, puede cumplir también una función estética.
Los jardines y huertos cubiertos con mantillo crecen más sanos, tienen menos malezas y son resistentes a la sequía que los jardines no cubiertos con mantillo. Si se hace correctamente, te permitirá pasar menos tiempo regando, deshierbando y luchando contra los indeseables.
Cómo colocar mantillo en la huerta
Luego de trabajar los canteros destinados a los distintos cultivos, de desmalezarlos, se riega y se coloca el mantillo orgánico, preferentemente húmedo sin que toque los tallos de plantas existentes.
La capa de mantillo debe tener al menos 5cm de espesor para que cumpla correctamente con su función, siendo lo ideal unos 20cm o más. En invierno esta capa deberá tener como máximo, 10cm de espesor.
Un mal manejo del mulch en lugares sombríos y húmedos puede tener como consecuencia la aparición y asentamiento de babosas, caracoles y bichos bolitas entre otros animalitos indeseables de la huerta.
Una práctica de manejo reside en quitar el mulch en invierno dejando una fina capa, nunca el suelo desnudo, para que el suelo tome temperatura y reciba mejor a las semillas de primavera. Una vez que las plantas han tomado tamaño, se completa con más mantillo hasta llegar al espesor deseado.
Así funciona el mantillo
Las lombrices de tierra y otros microorganismos que habitan el suelo, transforman el mantillo en alimento para las plantas de la huerta, a la vez que lo airean y facilitan la exploración de las raíces que buscan agua y nutrientes.