La amenaza de la chicharrita continúa preocupando a los productores. Por ello, el informe de la Red Nacional de Monitoreo es fundamental para sus decisiones.
La incertidumbre generada por la chicharrita mantiene en vilo a los productores. En este contexto, el informe de la Red Nacional de Monitoreo se erige como un faro de información. Los datos detallados sobre la distribución y abundancia de Dalbulus maidis son fundamentales para reducir la incertidumbre y adoptar medidas preventivas y de control oportunas.
Los últimos monitoreos fitosanitarios han revelado un incremento significativo en las poblaciones de chicharrita, especialmente en las regiones NOA y NEA, consideradas zonas endémicas para esta plaga. Si bien en otras áreas cultivables su presencia es esporádica, la concentración en estas regiones genera una preocupación creciente.
Dada la intensificación de los factores que favorecen el desarrollo de la chicharrita, como las condiciones climáticas y los sistemas de cultivo, la red de expertos recomienda la adopción urgente de un manejo integrado de plagas (MIP). Esta estrategia, que combina técnicas culturales, biológicas y químicas, busca reducir el impacto de la plaga, minimizando el uso de insecticidas y preservando el equilibrio ecológico.
La chicharrita apreció en varias regiones
Se observó un incremento significativo de la población de chicharritas del maíz en las regiones del Nordeste y Noroeste Argentino, mientras que en el Litoral se registró una disminución notable. Por el contrario, en las principales zonas maiceras del centro norte y centro sur de Argentina, así como en Uruguay, la presencia de este insecto fue prácticamente nula.
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La alta presencia de chicharrita del maíz en ciertas regiones se explica por la persistencia de maíces silvestres. Estos cultivos actúan como reservorios del insecto, perpetuando la plaga. Factores como la producción de maíz dulce, la rotación de cultivos y la falta de medidas sanitarias adecuadas contribuyen a este problema.
Vale destacar que las condiciones ambientales actuales, caracterizadas por las continuas precipitaciones, temperaturas elevadas y la disponibilidad del hospedero principal (maíz), crean un entorno propicio para el desarrollo poblacional de Dalbulus maidis. Este escenario, según el informe, demanda la implementación inmediata de medidas de control para evitar un incremento sostenido de la población del vector.
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Para una gestión efectiva, se recomienda:
- Incrementar la frecuencia y rigurosidad de los monitoreos para detectar plagas a tiempo.
- Eliminar los maíces voluntarios, ya que sirven como hospederos alternativos para muchas plagas.
- Implementar estrategias de control específicas para Dalbulus maidis, con el objetivo de reducir sus poblaciones y minimizar los daños al cultivo.
En otras regiones productoras del país
El último monitoreo reveló una disminución en la densidad poblacional de chicharritas en la región del Litoral, donde estuvo ausente en el 95% de las localidades evaluadas. En contraste, las regiones del Centro Norte, Centro Sur y Uruguay mostraron valores similares a los obtenidos en el período anterior, con una tasa de detección inferior al 3% en las trampas cromáticas adhesivas.
Según el informe, la presencia simultánea de maíces tempranos y tardíos en estas regiones exige un enfoque más proactivo en la gestión del vector. Recomiendan priorizar el monitoreo constante de los cultivos establecidos para minimizar el daño y reducir las fuentes de infestación que podrían afectar a los maíces tardíos en sus fases iniciales de crecimiento.
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Con información de: Red Nacional de Monitoreo