Los suelos son una de las principales reservas mundiales de biodiversidad y albergan más del 25% de la diversidad biológica del planeta. Estos microorganismos nos alimentan, nos protegen del cambio climático y hasta de las enfermedades.
En lo que va del siglo XXI, el suelo recuperó su protagonismo en la agenda mundial debido amenazas tales como la erosión, pérdida de carbono orgánico, desequilibrio de nutrientes, acidificación, contaminación, anegamiento, compactación del suelo, sellado del suelo, salinización y pérdida de biodiversidad. En ese contexto, la FAO creó en el año 2012 la Alianza Mundial por el Suelo con el objetivo de compartir experiencias sostenibles para recuperar un suelo que antes se pensaba que era un recurso infinito.
De acuerdo con el organismo internacional, la biodiversidad del suelo está compuesta por la megafauna -sapos, topos, conejos y tejones son los principales agentes del movimiento y redistribución del suelo-, macrofauna -lombrices, termitas, hormigas, milpiés y cochinillas ayudan al drenaje y a la aireación-, la mesofauna -invertebrados microscópicos como colémbolos, dipluros, proturos, nemátodos, ácaros y tardígrados que son reguladores biológicos de la descomposición-, y los microorganismos -bacterias, protozoos, hongos y nematodos, responsables de los procesos biogeoquímicos-.
Los organismos del suelo desempeñan una función esencial para impulsar la producción de alimentos, mejorar las dietas nutritivas, preservar la salud humana, recuperar los lugares contaminados y combatir el cambio climático, pero su contribución permanece en su mayor parte subestimada, señala un nuevo informe publicado este sábado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El estudio afirma que a pesar de que la pérdida de biodiversidad figura entre las principales preocupaciones mundiales, no se otorga a la biodiversidad subterránea la importancia que merece, y debe tenerse plenamente en cuenta al planificar las intervenciones para el desarrollo sostenible.
La variedad de vida subterránea comprende desde los genes y las especies hasta las comunidades que forman, así como los complejos ecológicos a los que contribuyen y a los que pertenecen, desde los microhábitats de los suelos hasta los paisajes.
Estos incluyen una gran variedad de organismos, incluidas formas unicelulares y microscópicas e invertebrados tales como nematodos, lombrices, artrópodos y sus fases larvales, así como mamíferos, reptiles y anfibios que pasan una gran parte de su vida bajo tierra, y una amplia diversidad de algas y hongos.
Suelos: 25% de la diversidad biológica del planeta
Los suelos son una de las principales reservas mundiales de biodiversidad y albergan más del 25% de la diversidad biológica del planeta. Asimismo, más del 40% de los organismos vivos en los ecosistemas terrestres están asociados a los suelos durante su ciclo biológico.
“La biodiversidad del suelo y la gestión sostenible de los suelos constituyen un requisito previo para el logro de muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por lo tanto, los datos y la información sobre la biodiversidad del suelo, desde el plano nacional al mundial, son necesarios para planificar con eficiencia las estrategias de gestión de un tema del que todavía se conoce poco”, afirmó la directora general adjunta de la FAO, Maria Helena Semedo.
La importante función de la biodiversidad de los suelos
Los microorganismos del suelo transforman los compuestos orgánicos e inorgánicos que liberan nutrientes de manera tal que las plantas pueden alimentarse. Estas transformaciones también son vitales para la filtración, la degradación y la inmovilización de los contaminantes en el agua y el suelo. Además, la diversidad de los suelos contribuye a mejorar el control, la prevención y la eliminación de plagas y patógenos.
Sin embargo, la importante función de la biodiversidad del suelo para asegurar la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios puede verse amenazada por las actividades humanas, el cambio climático y los desastres naturales.
Según el informe, el uso excesivo e indebido de productos químicos agrícolas sigue siendo uno de los principales factores de pérdida de biodiversidad y, por tanto, reduce su potencial para lograr una agricultura sostenible y una mayor seguridad alimentaria.
Entre otros ejemplos figuran la deforestación, la urbanización, la intensificación agrícola, la pérdida de materia orgánica y carbono del suelo, la degradación de la estructura, la acidificación, la contaminación, la salinización, la sodización, los incendios forestales, la erosión y los corrimientos de tierras.
Los suelos, un arma contra el cambio climático
Las soluciones basadas en la naturaleza que implican el uso de microorganismos del suelo tienen un potencial considerable para mitigar el cambio climático, asegura la FAO.
Los suelos desempeñan un papel clave en la fijación de carbono y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Una parte de las emisiones de dióxido de carbono producidas por actividades humanas puede ser absorbida por las plantas y almacenarse en los suelos gracias a la descomposición microbiana, lo que puede permitir la retención de carbono en el suelo durante períodos de tiempo prolongados.
En el informe se constata que las actividades agrícolas constituyen la mayor fuente de gases de dióxido de carbono y óxido nitroso emitidos por los suelos, como consecuencia del uso excesivo e indebido de fertilizantes que contienen nitrógenos.
Biodiversidad y bienestar humano
La biodiversidad del suelo respalda la salud humana, de forma tanto directa como indirecta, a través de la regulación de enfermedades y la producción de alimentos. Varias bacterias y hongos del suelo se utilizan tradicionalmente en la producción de salsa de soja, queso, vino y otros alimentos y bebidas fermentados. La relación entre las raíces de las plantas y la biodiversidad del suelo permite que las plantas produzcan sustancias químicas como los antioxidantes que las protegen de las plagas y otros factores de estrés.
Cuando los humanos consumen estas plantas, los antioxidantes estimulan el sistema inmunológico y contribuyen a la regulación hormonal. Los microorganismos del suelo también pueden ayudar a prevenir las enfermedades inflamatorias, entre ellas la alergia, el asma, las enfermedades autoinmunes, la enfermedad inflamatoria intestinal y la depresión.
Asimismo, desde principios de la década de 1900, se han obtenido de los organismos del suelo numerosos medicamentos y vacunas, desde antibióticos conocidos como la penicilina hasta la bleomicina que se utiliza para tratar el cáncer y la anfotericina para las infecciones por hongos. En el contexto del aumento de las enfermedades causadas por microorganismos resistentes, la biodiversidad del suelo tiene enormes posibilidades de ofrecer nuevos medicamentos para combatirlas.
Medidas para el futuro
El informe indica que existe una falta de datos detallados, políticas y medidas sobre la biodiversidad del suelo a nivel local, nacional, regional y mundial, y resalta la necesidad de promover el cambio necesario para incluir indicadores biológicos de la salud del suelo, junto con otros indicadores químicos y físicos.
Los expertos señalan que para comprender mejor las amenazas a la biodiversidad del suelo y aplicar políticas y reglamentos pertinentes, es crucial invertir en evaluaciones de la biodiversidad del suelo armonizadas en todo el mundo, normalizar los protocolos de muestreo y análisis para permitir la recolección de grandes conjuntos de datos comparables y promover la utilización de herramientas de seguimiento eficientes con vistas a registrar los cambios en la biodiversidad del suelo.
Según el informe, la adopción de prácticas de gestión sostenible de suelos por parte de los agricultores, como premisa básica para preservar la biodiversidad del suelo, sigue siendo baja debido a la falta de apoyo técnico, provisión de incentivos y entornos propicios y debe intensificarse.
La publicación también subraya la necesidad de promover las tecnologías innovadoras en la gestión de suelos. Por ejemplo, las nuevas técnicas moleculares que utilizan la secuenciación molecular de próxima generación permiten una mejor comprensión de los organismos del suelo y los efectos que estos pueden tener en los sistemas de cultivo asociados.
“Esperamos que los conocimientos incluidos en este informe faciliten la evaluación del estado de la biodiversidad del suelo como parte integrante de la presentación de informes nacionales y regionales en materia de biodiversidad”, añadió Maria Helena Samedo.
Fuente: ONU,