El fenómeno La Niña ha sido confirmado oficialmente por la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU.).
El fenómeno de La Niña persiste y podría extenderse hasta enero, según el Instituto Internacional de Investigación sobre el Clima y la Sociedad (IRI). La Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) citó el informe de noviembre de 2025, señalando que el Pacífico ecuatorial está en estado de La Niña, con las temperaturas superficiales del mar en la región Niño 3.4 manteniendo una tendencia de enfriamiento gradual.
Sin embargo, las lluvias continúan a pesar de la presencia de La Niña. El meteorólogo Ignacio López Amorín explicó que este desfase se debe al retraso de respuesta de la atmósfera al océano, un proceso que tarda al menos tres meses. López Amorín también recordó que, históricamente, las primaveras argentinas bajo la influencia de La Niña suelen ser secas.
El Clima en 2026: La Niña y la transición a condiciones neutras
Los informes climáticos recientes indican que el fenómeno de La Niña continuará siendo el protagonista a principios de 2026.
Según el Instituto Internacional de Investigación sobre Clima y Sociedad (IRI), la probabilidad de que se mantenga esta condición de enfriamiento —característica de La Niña— es del 69% durante el trimestre noviembre-diciembre-enero.
El cambio a partir de febrero
La perspectiva cambia a partir del segundo mes del año. El informe de la Oficina de Análisis y Predicción (ORA) señala que, desde el trimestre enero-febrero-marzo en adelante, las condiciones tenderán hacia un estado neutro respecto al ciclo El Niño-Oscilación del Sur (ENSO), convirtiéndose en la perspectiva predominante.
- Aumento de Condiciones Neutras: La probabilidad de estas condiciones neutrales se elevará al 62% a principios de año y se mantendrá como el estado más probable hasta el final del periodo de pronóstico (junio-julio-agosto de 2026).
- El Niño en el Horizonte: Por otro lado, las probabilidades de un retorno de El Niño se mantendrán bajas (por debajo del 20%) hasta el trimestre marzo-abril-mayo de 2026, pero se espera que comiencen a aumentar gradualmente a partir de abril y mayo.

Características e impactos del fenómeno de La Niña en Sudamérica
La Niña es la fase fría del fenómeno climático conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), que se caracteriza por el enfriamiento anómalo de las aguas superficiales del Océano Pacífico central y oriental ecuatorial. Este cambio en la temperatura del mar altera la circulación atmosférica global y, consecuentemente, los patrones de precipitación y temperatura en diversas regiones del mundo.
Impacto Típico en Argentina y Sudamérica
Cuando La Niña se establece, especialmente durante los meses de primavera (septiembre-noviembre) en el hemisferio sur, se intensifica la preocupación por sus efectos en los países sudamericanos, particularmente en Argentina y Colombia. Esta fase fría reconfigura la dinámica atmosférica (el movimiento del aire) en el continente a medida que avanza la época estival (verano).

Patrones de Precipitación
El rasgo más distintivo de La Niña en el sur de Sudamérica es la tendencia a lluvias inferiores al promedio en áreas clave:
- Zonas Productivas (Argentina): La región central y la Mesopotamia argentina suelen recibir una señal de déficit hídrico. Esta reducción de precipitaciones es crítica, especialmente en el verano, cuando la alta insolación y las temperaturas intensifican la demanda de agua de los cultivos.
- Contraste Regional: Sin embargo, no todas las regiones experimentan sequía. Los veranos bajo La Niña tienden a ser más lluviosos en el Noroeste Argentino (NOA) y en algunas zonas del oeste, como partes de las provincias de Córdoba y San Luis.
Consecuencias para la agricultura
La activación de una fase La Niña en primavera genera alertas inmediatas, principalmente enfocadas en el ciclo agrícola.
- Campaña de Verano (Soja y Maíz): El impacto más significativo recae en los cultivos de verano, como la soja y el maíz. La combinación de menor disponibilidad de agua y el estrés por calor en las etapas críticas de crecimiento, floración y llenado de granos puede reducir significativamente los rendimientos.
- Campaña de Invierno (Trigo): El trigo, cuya campaña culmina en noviembre, a menudo no se ve afectado por La Niña, o incluso puede beneficiarse de condiciones anteriores. De hecho, a veces se registran cosechas récord antes de que los efectos de la fase fría se consoliden plenamente.
Variabilidad y Vigilancia Continua
Es fundamental entender que no todos los eventos de La Niña son idénticos. La intensidad y duración del enfriamiento oceánico, así como la interacción con otros sistemas climáticos regionales, determinan la severidad y la localización precisa de los impactos.
Por esta razón, los servicios meteorológicos y agrícolas mantienen una vigilancia constante para evaluar la evolución del fenómeno y su posible efecto en los patrones de siembra y rendimiento de la campaña agrícola.
Lo que dice el Servicio Meteorológico Nacional
«El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha publicado la actualización de su pronóstico climático trimestral oficial, que refleja un posible impacto del fenómeno La Niña en los patrones de precipitación para lo que resta del año.
Se anticipa un déficit de lluvias (probabilidades de ser inferiores a lo normal) en la región del Litoral y el noreste de Argentina (Misiones, Corrientes, Entre Ríos, y el este de Chaco, Formosa y Santa Fe), así como en el noroeste de la Patagonia.
En contraste, y siguiendo la tendencia característica de los episodios de La Niña, se esperan precipitaciones frecuentes y abundantes en el Noroeste Argentino (NOA).
El resto del país mantendría acumulados de lluvia dentro de los parámetros normales para la estación, considerando el aumento habitual de las precipitaciones en la franja central durante la primavera y el verano.»

Con información de: https://agroverdad.com.ar/ https://www.ambito.com/




