Estos fenómenos naturales impactan principalmente en grandes árboles e influyen en la capacidad de los bosques de almacenar carbono.
El cielo se oscurece, los graves sonidos guturales a lo lejos anuncian que la tormenta ya esta aquí y en un momento determinado, un rayo eléctrico desciende desde los cielos y da justo en un árbol, quitándole una parte o incluso rompiéndolo en pedazos incendiándolo. Nos puede poner la piel de gallina fácilmente, sí, pero se trata de un verdadero espectáculo de la naturaleza y comprenderlo lo hace aún más fascinante. Hoy intentaremos contestar la pregunta sobre por qué los rayos caen en los árboles.
Un estudio alerta de que un solo rayo daña un total de 23,6 árboles y mata a 5,5 grandes árboles en un año a causa de las heridas.
En primer lugar, es importante señalar que la probabilidad de que un rayo caiga sobre un coche es extremadamente pequeña. «Es mucho más probable que un rayo le caiga directamente a una persona que camine por el campo o en un bosque en un día de tormenta que le caiga a un coche que circula por una carretera.
El rayo es una de las manifestaciones más poderosas de la naturaleza. Se trata de una descarga de electricidad estática producida generalmente durante una tormenta a causa de la carga positiva que se acumula en las nubes y que atraen la carga negativa de la tierra. Un rayo puede generar una potencia instantánea de un gigavatio (mil millones de vatios) y pueden provocar enormes destrozos en la zona donde impactan.
Diversos estudios han concluido que el aumento de las temperaturas como consecuencia del cambio climático podría aumentar hasta en un 50% la aparición de rayos y los científicos se preocupan cada vez más por los efectos que estos fenómenos tienen en los ecosistemas.
Es el caso de investigadores del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) en Panamá que acaban de hacer públicos una serie de mapas que muestran la ubicación de las mayores descargas de rayos en los trópicos y analizan sus efectos en los bosques. El estudio, publicado en Global Change Biology, basado en datos tomados desde tierra y con satélites, estima que más de 100 millones de ataques rayos cada año alterarán radicalmente los bosques y otros ecosistemas en la región entre el Trópico de Cáncer y el Trópico de Capricornio.
Los rayos influyen en la capacidad de los bosques para almacenar biomasa y, por lo tanto, carbono, porque tienden a golpear los árboles más grandes”, explica Evan Gora, doctorado en la Universidad de Louisville. También advierten de su impacto en los ecosistemas de sabana.
Debido a que los rayos son tan difíciles de estudiar, se han pasado por alto como agentes de cambio en los bosques tropicales, donde los investigadores enfocan su energía en perturbaciones más obvias como sequías, incendios y vientos fuertes.
En un estudio anterior, el primero en examinar los efectos de los rayos en un paisaje de bosque tropical, el mismo equipo descubrió que los rayos probablemente matan a la mitad de los árboles más grandes en un bosque panameño. El ecologista tropical Steve Yanoviak, coautor del estudio y profesor de la Universidad de Louisville explica que, gracias a la instalación de detectores en la selva “descubrimos que un solo rayo daña un total de 23,6 árboles y mata a 5,5 grandes árboles en un año, en promedio”, dijo Yanoviak.
Basado en datos satelitales sobre las ubicaciones de los impactos y los efectos sobre el terreno alrededor de 92 rayos, incluidos muchos del estudio anterior, los investigadores estimaron que los rayos dañan aproximadamente 832 millones de árboles tropicales cada año. Aproximadamente una cuarta parte de los árboles probablemente mueren a causa de sus heridas.
Además, estudiaron si había una conexión entre la cantidad de rayos y el tipo de ecosistema, su biomasa y las variables climáticas como la lluvia y la temperatura. Descubrieron que los rayos eran más frecuentes en bosques, sabanas y áreas urbanas que en pastizales, matorrales y tierras de cultivo.
Los bosques que experimentan más rayos cada año tienen menos árboles grandes por hectárea, quizás porque los árboles individuales grandes en estos bosques se destacan más, las tasas más altas de rotación de biomasa leñosa (más biomasa arbórea muere cada año) y menos biomasa aérea total.
Pero quedan más preguntas interesantes. Nadie sabe por qué algunos árboles sobreviven a los rayos mientras otros mueren, aunque es probable que los árboles hayan desarrollado formas de hacer frente a una amenaza tan común.
Y, a medida que el cambio climático se acelera, el aire contaminado y caliente sobre las ciudades también puede aumentar el número de rayos en estas áreas. ¿Cuáles serán los efectos sobre la vegetación en las zonas urbanas?
“Esta es la mejor evidencia hasta la fecha de que los rayos son una perturbación importante que influye en la dinámica y estructura de los bosques tropicales“, dijo la científica y coautora del estudio de STRI, Helene Muller-Landau, “Sospechamos que nuestro estudio subestima enormemente el efecto total de los rayos. Los rayos pueden desempeñar un papel importante en el ciclo de la biomasa forestal y el carbono no solo en los bosques tropicales sino también en otros ecosistemas”, concluyó.