No tires a la basura los desperdicios comunes luego de una comida, mejor dáselos a tus plantas.
Para realizar compost se pueden aprovechar las sobras de comida que normalmente acabarían en la basura. Así que, también es una buena forma de reducir el desperdicio.
El abono orgánico es el resultado de la mezcla de diferentes materiales que se degradan, ellos pueden ser de origen animal como el estiércol o de origen vegetal como cascara de papa, zanahoria, y todo tipo de vegetales que representen el desecho luego de cada comida en casa. La implementación de esta técnica para producir abono para tus plantas no solamente te permitirá ahorrar en la compra de fertilizantes, sino que además les dará un aspecto hermoso a cada planta que tengas en tu jardín o patio trasero.
Para preparar el abono orgánico es necesario que puedan contar con un espacio al aire libre pues durante la descomposición se generan olores fuertes, su proceso se puede hacer directamente en el suelo o en masetas con cierta profundidad para un mejor almacenamiento de los desechos.
Como procesar el material orgánico
Luego de seleccionar los desechos a utilizar, lo que deberás hacer es cortarlos en trozos pequeños que faciliten el proceso de descomposición, al mismo tiempo agrega un poco de tierra y estiércol (desecho animal) preferiblemente de caballos, coloca agua suficiente que le permita mantener húmeda la mezcla, una vez agregado los tres elementos mezcla bien y esa mezcla tápala durante 10 días. En ese lapso de tiempo remueve una vez al día la mezcla y si le hace falta humedad coloca un poco más de agua. Este procedimiento lo deberás hacer en la maceta que seleccionaste o en el espacio de tierra que preparaste para ello.
Beneficios del abono orgánico
El abono orgánico proporciona a tus plantas nutrientes, vitaminas y demás beneficios que les favorecen durante su crecimiento y producción de frutos, con su uso podrás disfrutar de frutos más grandes y jugosos y en el caso de las plantas ornamentales se verán mucho más hermosas que antes.
Esta práctica ha surgido con el nacimiento de las técnicas agroecológicas que están rondando alrededor del mundo, con la intención de favorecer el medio ambiente y reducir el uso de productos químicos (tóxicos) que dañen la tierra y además pueden generar enfermedades a los habitantes de la población ya que contaminan el ambiente. Basado en esto se recomienda la utilización continua de las prácticas agroecológicas que además son muy efectivas al mismo tiempo que nos colocan en contacto directo con la naturaleza.
A través del contacto con la naturaleza las personas aprenden a valorar, cuidar y preservar nuestras riquezas naturales. Es importante que este tipo de técnicas sean conocidas incluso por los niños a temprana edad para que al crecer puedan usarlas y así no pongan en riesgo la naturaleza y a todo el planeta en general.
¿Cómo hacer compost casero? Paso a paso
Paso 1. Prepara el «compostador»
Necesitarás un compostador, un recipiente con capacidad. Puedes comprar uno, o mejor todavía, puedes construirte el tuyo propio a partir de materiales reciclados: una caja de madera, un tiesto, una jardinera que ya no uses, etc. Es importante que este recipiente no esté en contacto directo con el suelo.
Una vez ya has construido tu recipiente, deberás hacer agujeros en la base del recipiente. A continuación, ya podrás añadir una primera capa de tierra y una segunda capa de paja, serrín o ramas de resto de podar. Es muy importante que vayas intercalando capas de desechos húmedos con capas de desechos secos así evitarás que los desechos se pudran y huelan mal.
Paso 2. Añade tus residuos orgánicos
Es importante que en casa entiendan que el comopostador no se trata de una basura, sino de un recipiente en el que añadir materiales orgánicos que luego crearán vida. Por otro lado, también es fundamental saber qué alimentos no se pueden compostar y cuales sí. Se recomienda evitar añadir al compost productos de origen animal como carne y pescado, alimentos que incluyan grasas, aceites de cocina, químicos, comida cocinada, cadáveres de animales y detritos de perros y gatos. Restos de comida que se pueden aprovechar para hacer compost son: cáscaras de huevo, peladuras de frutas y verduras, paja fresca, hierba húmeda, café, etc.
Paso 3. Rega el compost
Tu compost casero necesitará un cierto grado de humedad para poder producir ese abono o fertilizante que enriquecerá los alimentos que cultivas. Asegúrate de no encharcar el compostador, lo que buscas es humedecer todas las capas que has ido añadiendo.
Este método, cuenta con muchos puntos a favor: no huele mal ni atrae insectos, cada 5 días puedes extraer un líquido que es fertilizante y a diferencia del método propuesto.