En un contexto mundial de alta inflación, el aumento de precios en Argentina en este 2022 va camino de volver a superar el 50% anual y podría batir el récord de las últimas tres décadas.
La inflación argentina, de las mayores de Suramérica, fue en marzo de 2022 del 55,1 % anual y 6,7 % mensual, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que el jueves próximo revelará el índice de precios al consumidor de abril de 2022.
Por otro lado, los expertos esperan que el PIB en Argentina crecerá en 2022 un 3,5 %, 0,3 puntos porcentuales por encima de la medición anterior, pero proyectan que en 2023 el PIB crezca 2 %, 0,1 puntos porcentuales por debajo del mes anterior.
Las proyecciones de mercado también difieren del acuerdo con el FMI, que prevé que el PIB de Argentina, que el año pasado se recuperó 10,2 %, crecerá este año 4 % y en 2023, 3 %, según el informe de Perspectivas de la Economía Mundial de abril pasado.
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En la primera parte de mayo, de acuerdo al informe que realiza la consultora LCG, en la primera semana de este mes los alimentos y bebidas treparon 1,2%, acelerándose un 0,8% frente a la semana previa. La canasta que sigue la firma presentó una inflación mensual promedio del 5% en las últimas cuatro semanas, y del 5,4% medido de punta a punta. Las frutas (2,2%), las verduras (1,8%) y las carnes (1,8%), encabezaron las subas en los primeros días de mayo.
“La proporción de productos con aumentos disminuyó respecto a la semana previa, cuando había alcanzado el 21%. En esta última semana, el 18% de la canasta tuvo un incremento en sus precios, mantener esta inercia implica que los precios de los alimentos se ajustan en promedio cada 1,2 meses”, explicaron desde LCG.
Una variación similar registró el Índice de Precios de Supermercados que realiza el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortíz (CESO), que arrojó un incremento del 1,1% en la primera semana de mayo (del 2 al 9), acumulando una suba de 4,3% en las últimas cuatro semanas. “El valor en torno al 1%- 1,1% semanal se conforma como la nueva velocidad crucero, un escalón más arriba que antes del shock internacional. La variación mensual (4,3%) refleja este piso de precios en los supermercados”, remarcó el informe.
“En la última semana, tanto los Alimentos Frescos (+1,5%), los Alimentos Secos (+1,4%), como las Bebidas (+2,0%), se vuelven a distanciar del resto de los productos, en aumentos por encima del promedio semanal”, agregó el estudio, en el que se destacó: “Las Bebidas con alcohol aumentaron un 3,8%. Con respecto al precio de la Carne, este tiene una variación semanal mucho menor (+0,2%) a la de la semana anterior (+1,4%), sin embargo, es un rubro que registra una variación mensual bastante superior al promedio (+5,1%), en ausencia de medidas que puedan controlar los precios en el sector y fuerte resistencia de entidades agropecuarias a cualquier intervención”.
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Desde el CESO aclararon, de todas formas, que para estipular el impacto que puedan tener estas subas en el IPC que releva el INDEC, “se deben considerar los otros rubros como combustibles, educación, vestimenta, entretenimiento, servicios básicos, etcétera. Si bien van pocos días de mayo, ya hay varias subas de los precios regulados que le ponen un piso alto a mayo, probablemente superior al de abril: GNC (15%), telefonía, internet y televisión por cable (9,5%), medicina prepaga (8%), educación privada en la provincia de Buenos Aires (25%) y combustibles”.
Canasta básica y una fuerte inercia
Los aumentos de los alimentos es uno de los componentes que le suma presión al IPC y, además, golpea de lleno contra los valores de las canastas básicas y –por ende- incide en los niveles de pobreza.
En ese sentido, según la agrupación Consumidores Libres, la canasta de alimentos subió 6,2% en abril y acumuló un alza del 22,4% en lo que va del año. Un dato que, si se considera un 6% de inflación para abril, se encuentra en línea con la suba del IPC que difunde el INDEC.
Con este escenario, las consultoras proyectan que la inflación continuará en niveles altos en los próximos meses. Así lo explicó días atrás Santiago Manoukian, economista de Ecolatina: “Si bien en mayo debería volver a desacelerarse, esperamos que la inflación se mantenga en registros elevados, dificultando la recuperación del poder adquisitivo y atentando contra la competitividad cambiaria. Hacia adelante, a la fuerte inercia que viene inflacionaria se le sumarán las revisiones alcistas en las pautas acordadas en las paritarias, sumado al combustible extra que aportarán las subas de los servicios públicos y la mayor indexación del dólar, en un contexto de escaso poder de fuego de las medidas de control frente a la falta de un ancla que estabilice las expectativas, una preocupante distorsión de precios relativos y presiones externas por los altos precios internacionales. Así, la inflación en 2022 se encamina a ser la mayor en los últimos 30 años”.