¿Realmente existen los aviones que bombardean la nube de tormenta para evitar que llueva? En esta breve nota te vamos a revelar los detalles que hay detrás de esto.
La idea de que los aviones puedan «romper» las nubes de lluvia o tormentas es un tema que ha generado mucha discusión y controversia. Aunque la ciencia ha avanzado en la comprensión de los fenómenos atmosféricos y se han desarrollado técnicas para modificar el clima, la realidad es más compleja de lo que a veces se presenta.
En la actualidad la polémica se abre por la posibilidad de modificar el clima, pero su aplicación plantea desafíos y requiere de una evaluación cuidadosa de los posibles beneficios y riesgos. Es importante destacar que la siembra de nubes no es una solución mágica para resolver problemas relacionados con la escasez de agua o los desastres naturales.
¿Qué es la siembra de nubes?
La técnica más conocida para modificar el clima se llama siembra de nubes, y es lo más cercano a la creencia de que existen aviones que disuelven las tormentas o rompen las nubes de lluvias. Consiste en introducir sustancias químicas en las nubes para modificar su composición y promover la formación de lluvia o nieve. El objetivo puede ser aumentar las precipitaciones en zonas secas o reducir el tamaño de las partículas de granizo para evitar daños en cultivos.
¿Cómo funciona la siembra de nubes?
La técnica más cercana a lo que imaginamos como «romper» tormentas se llama siembra de nubes. La sustancia más comúnmente utilizada para la siembra de nubes es el yoduro de plata. Este compuesto actúa como núcleo de condensación, facilitando que el vapor de agua se convierta en gotas de lluvia o cristales de hielo. Al introducir yoduro de plata en una nube, se pueden producir los siguientes efectos:
- Aumento de las precipitaciones: Al aumentar el número de partículas de hielo, se promueve la coalescencia (unión) de las gotas de agua, lo que puede llevar a la formación de gotas más grandes y pesadas que caen en forma de lluvia.
- Reducción del tamaño del granizo: Al fomentar la formación de un mayor número de cristales de hielo más pequeños, se reduce la cantidad de agua disponible para formar grandes piedras de granizo.
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¿Es efectiva la siembra de nubes?
La efectividad de la siembra de nubes es un tema de debate. Si bien existen estudios que sugieren que esta técnica puede aumentar las precipitaciones en ciertas condiciones, los resultados no siempre son concluyentes y pueden variar según factores como el tipo de nube, la temperatura, la humedad y la cantidad de sustancia utilizada.
¿Cuáles son las críticas a la siembra de nubes?
- Falta de evidencia científica concluyente: Algunos críticos argumentan que no existe suficiente evidencia científica que demuestre de manera inequívoca la eficacia de la siembra de nubes.
- Impactos ambientales desconocidos: La introducción de sustancias químicas en la atmósfera podría tener efectos secundarios no deseados sobre el medio ambiente.
- Distribución desigual de los beneficios: La siembra de nubes podría beneficiar a algunas regiones a costa de otras, generando conflictos por el control de los recursos hídricos.
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Cañones que evitan el desarrollo del granizo
Los que si existen son los cañones antigranizo son dispositivos que han sido utilizados por agricultores durante décadas con la esperanza de prevenir el daño causado por las tormentas de granizo en sus cultivos. Estos cañones funcionan mediante explosiones de gas acetileno y aire, generando ondas de choque que se propagan hacia las nubes. La idea detrás de este método es que estas ondas interfieren con el proceso de formación del granizo, convirtiéndolo en lluvia o granizo más pequeño.
¿Funcionan realmente?
A pesar de su uso extendido, la eficacia de los cañones antigranizo es un tema muy debatido. Si bien muchos agricultores los utilizan con la convicción de que protegen sus cultivos, la comunidad científica no ha llegado a un consenso sobre su efectividad.
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