El nuevo entendimiento comercial habilita el ingreso de múltiples productos agropecuarios estadounidenses al país, mientras Argentina aguarda que EE.UU. amplíe la cuota de carne vacuna, un punto todavía sin confirmación.
La publicación del “Acuerdo sobre Comercio e Inversión Recíprocos” entre Argentina y Estados Unidos generó un fuerte impacto en el sector agroindustrial. El texto difundido por la Casa Blanca detalla una apertura significativa del mercado argentino para productos estadounidenses como ganado bovino en pie, carne aviar, porcinos, lácteos, vísceras y cortes vacunos, además de aceptar cambios regulatorios en patentes y propiedad intelectual. Desde el campo señalan que, en esta primera instancia, Argentina estaría cediendo más de lo que obtiene, a la espera de reciprocidad concreta.
Del lado argentino, el acuerdo incluye simplificación de registros, la eliminación de exigencias para importar lácteos y el compromiso de no restringir denominaciones de quesos y carnes. También fija un plazo de un año para habilitar la entrada de aves de corral estadounidenses, un punto sensible para la industria avícola local, que pidió conocer “la letra chica”. En paralelo, el Gobierno norteamericano solo expresó intenciones generales sobre “reducir barreras no arancelarias”, sin detallar compromisos específicos.
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El foco del sector está puesto en la cuota de carne vacuna, hoy de 20.000 toneladas. Desde octubre existe la expectativa de que la administración de Donald Trump la eleve a 80.000 toneladas, lo que podría generar para Argentina exportaciones adicionales por US$300 millones. Aunque el entendimiento menciona “mejorar condiciones de acceso bilateral”, el número final no fue confirmado, algo que genera dudas entre los productores.
En el plano político y empresario, las entidades valoraron el avance pero pidieron prudencia. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires y la Sociedad Rural Argentina destacaron la importancia de abrir mercados, pero advirtieron que analizarán el texto completo para medir su verdadero impacto. Mientras tanto, sectores como el biodiésel y los cítricos dulces quedaron fuera del acuerdo, pese a que venían reclamando definiciones desde hace años. El balance inicial: Argentina abre más puertas de las que recibe, y ahora espera que la contraparte cumpla con la ampliación del cupo cárnico y avances concretos en otros rubros.




