Las especias y plantas aromáticas tienen historia. Durante cientos de años la humanidad se ha beneficiado de ellas, ya sea para cocinar y dar sabor, para curar algunas dolencias y en rituales mágicos o religiosos.
Ambas, hierbas y especias, eran consideradas tesoros en la antigüedad, además de aportar sabores y olores, las hierbas aromáticas son el sustituto perfecto para reducir la sal y son buenas para la salud ya que muchas de ellas tienen propiedades terapéuticas y farmacológicas.
Ahora bien. ¿cuál es la diferencia entre hierba aromática y especia? Las hierbas aromáticas suelen ser las hojas fragantes de alguna planta o árbol, mientras que el término especia suele aplicarse a las partes duras como semillas, cortezas o raíces de plantas.
Resulta muy interesante saber que las especias, y las hierbas aromáticas en general, son importantes ingredientes de la medicina y, también de la magia, que nace de conocerlas, tocarlas, olerlas y sentirlas y con ello aprender la esencia de las mismas para que resulte más fácil combinarlas.
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Si bien su conocimiento sobre sus usos se ha ido perdiendo, hoy en día muchas personas interesadas por lo natural están recuperando esos saberes ancestrales e incluso, algunas de estas especias o hierbas cuentan con aval científico sobre sus beneficios.
Las hierbas y especias pueden consumirse como semillas, polvos, cápsulas, secas, en infusiones y mil formas más.
La naturaleza es sabia, y estación tras estación nos ofrece plantas de temporada con propiedades acordes a lo que necesita nuestro organismo. Veámoslo.
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En primavera
Esta estación es ideal para realizar depuraciones luego de las pesadas comidas del invierno. La naturaleza nos ofrece las plantas amargas como el diente de león, la ortiga, el ajo de oso, la zarzaparrilla india y el perifollo (perijil) para desintoxicarnos. Todas estas plantas tienen principios activos amargos que limpian la sangre y favorecen la digestión. El diente de león estimula el hígado y lo protege frente a agentes tóxicos. Asimismo aumenta la producción de orina, algo interesante cuando se sufre de retención de líquidos. Además es muy rica en hierro, por lo que se recomienda en caso de anemia.
En verano
Es una estación en la que debemos mantenernos frescos e hidratados. Necesitamos plantas con efecto refrescante como la menta, la granada, el shatavari (espárrago indio) o el aloe. Para calmar el fuego interno y las sudoraciones de la menopausia son de gran ayuda las raíces del espárrago indio también conocido como Shatavari (Asparagus racemosus) que según la medicina ayurveda, es el mejor rejuvenecedor de la mujer. Si se mezcla con ghee, azúcar sin refinar, pimienta larga, miel y leche, aún potencia más sus propiedades rejuvenecedoras. Además está raíz tiene propiedades hidratantes y que calman la sed. Equilibra el nivel de estrógenos, aumenta la fertilidad y nutre los óvulos.
En otoño
Cuando poco a poco empieza a refrescar y los días se acortan, las bayas nos dan alegría y volvemos a tener ganas de especias que calientan. Las raíces demuestran ahora todo su potencial.
Por ejemplo, la galanga que ya Hildegard con Bingen recomendaba para patologías cardíacas de origen nervioso. El rizoma con su sabor amargo-picante y aromático no sólo fortalece la digestión, sino que además quema las toxinas digestivas. De ahí que sea indicado para reducir el peso corporal. Además favorece la sudoraciones, es un tónico nervioso y cerebral, fortalece el estómago y frena la inflamación.
Para darle a los platos un nuevo toque o ayudar en caso de enfermedades gastrointestinales en esta estación también son adecuados el jengibre, la cúrcuma, el ajo, el comino y las semillas del apio salvaje que en la cocina ayurvédica se denomina ajwain. Es una especia potente que estimula la digestión, la función renal y aporta energía a los nervios.
El comino negro, por su parte, es ideal para los resfriados, las bronquitis, el asma, la tos, la artritis y las alteraciones digestivas. El aceite del comino negro se emplea en casos de dermatitis atípica y psoriasis, tanto interna como externamente. En aplicaciones internas se toman diariamente de una a tres cucharaditas del aceite. En caso de alteraciones digestivas se toma una cucharadita de las semillas tras la comida y se mastican bien. En caso de asma alérgica o mucosidad, una taza de la infusión mejora las alteraciones. Para hacer la infusión se infusiona una cucharadita de comino negro en una taza de agua hirviendo durante 5-8 minutos. Se toman dos tazas al día.
En invierno
Deseamos calor y comidas más contundentes, nos gusta entrar en calor con cremas que contengan, por ejemplo, canela de Ceylán, vainilla, bayas de enebro, clavos de olor, anís estrellado, artemisa, nuez moscada y chile o pimienta negra.
Miremos más de cerca el enebro. Las bayas tienen un sabor amargo y seco con propiedades caloríficas. Justo lo que necesitamos en los meses más fríos. Las bayas molidas ayudan en caso de diabetes mellitus, mejoran inflamaciones de las vías urinarias, frenan la tos irritativa en case de bronquitis y asma, y suponen una ayuda en caso de acidez, sensación de saciedad y diarreas. El humo de las bayas secas es desinfectante y ofrece un aroma incomparable a las estancias si se combina con salvia blanca.
También la artemisa es una planta que se emplea para vaporizar. Se emplea en casos de artritis, ciática, cansancio mental, infertilidad y dolores menstruales y de cabeza.
A quien en invierno le ataque la melancolía puede echar mano del lúpulo, el hipérico, la passiflora y la melisa. Son plantas eficaces tanto para recuperar la alegría como para dormir de manera relajada.
Si queremos recuperar la chispa erótica se puede recurrir al chile, el cardamomo, las hojas de rosal y la ashwagandha. Esta palabra viene a significar “olor como un caballo”, ya que es una planta que ofrece la vitalidad y la energía sexual de un caballo. Su raíz se parece al ginseng. En caso de falta de sueño o cansancio nervioso este remedio hace auténticos milagros, ya que favorece el sueño profundo. Para conseguir una regeneración general se puede mezclar una decocción de de ashwaganda con leche de arroz, pimienta larga y miel.