Todos los trabajos en el colmenar están subordinados a las temperaturas, que regulan el desarrollo y floración de las plantas.
El apicultor es un gestor del tiempo. Definir un calendario apícola, supone una labor fundamental de organización que nos ayudará a ser mejor profesionales.
INVIERNO
Época para pensar y reflexionar, en la cual tenemos por costumbre desear feliz año nuevo a nuestras abejas y a los apicultores concretamente el 21 de diciembre de cada año, pues ese es el día –horas más, horas menos – en que comienza el invierno en el hemisferio norte. De aquí en más, todo lo que hayamos sido capaces de arreglar, organizar y combatir comenzará a crecer y a gestarse con la pausada determinación de la naturaleza.
Con la aparición de bajas temperaturas hace imposible el pecoreo continuo, pero no así para el apicultor, que debe aprovechar el tiempo para poner a punto el material, ya que con la llegada de la primavera la urgencia de las actividades, no dejará tiempo para todas esas labores.
Aunque no todos los inviernos son tan extremos, la característica común es la dormancia de la flora y las bajas temperaturas. La colmena hierve de actividad.
Como premisa, queda desaconsejado la apertura de colmenas durante el invierno, a no ser necesario por causas de fuerza mayor, o para proceder a la solución de algún problema, ya que el propóleo que sella todas las posibles rendijas, esta frío y quebradizo, y seria prácticamente imposible cerrar la colmena asegurando la estanqueidad de la tapa, además, la apertura de la colmena en época invernal, obliga a las abejas a un esfuerzo y un consumo suplementario para restablecer las condiciones de aislamiento y temperatura de la colmena.
No obstante durante el invierno, es necesario realizar algunas visitas de comprobación al colmenar, verificando que las tapas de las colmenas permanecen en sus lugares y cumpliendo su función, que ninguna colmena ha sido volcada por el viento o los animales, domésticos o silvestres, que ningún reductor de piquera haya sido removido de su sitio permitiendo la entrada de ratones, etc.
Resumiendo estas serían las principales tareas:
- Mantenimiento del exterior de la colmena, reparando roturas que permitan la entrada de agua o aire frio al interior.
- Mantenimiento y renovación de material del colmenar en la nave: preparación de cuadros, fundido de cera, pintado y reparación de cuerpos y alzas, etc.
- Limpieza y desinfección de cuadros.
- Observar en los días soleados el buen estado de la colonia mediante la presencia de abejas que salen (en vuelos cortos y breves para defecar) y ausencia de cadáveres en la piquera.
- Principios de invierno: Alimentación artificial de mantenimiento.
- Mediados de invierno: Alimentación de estimulación (1 mes antes de la floración).
- Finales de invierno: vigilancia del vigor de la colonia , limpieza del fondo de la colmena, inspección sanitaria.
- Formarse.
La concentración de abejas en el racimo invernal debe conjugar con acierto dos elementos fundamentales para su equilibrio: Debe haber suficientes abejas como para asegurar la cómoda supervivencia de la colonia, pero no en una cantidad que agote rápidamente las reservas de alimento. El apicultor debe encontrar con acierto el más equilibrado punto.
Finalmente, la labor fundamental a realizar durante el invierno, y que de alguna manera “justifica” toda la actividad apícola, es sin duda la venta de miel y otros productos obtenidos, coincidiendo afortunadamente con la época de mayor consumo de estos productos..
PRIMAVERA
Comienza con la elevación de las temperaturas, las primeras floraciones y el trabajo duro.
En esta primera visita de primavera, es importante tomar nota del estado de las reservas de cada colmena, suplementando aquellas que pudieran necesitarlo, y preparando el conjunto del colmenar, en caso de que nuestros objetivos lo requieran, para la aplicación de alimentación estimulante, que nos permita una gran población en el momento adecuado.
Las principales tareas, van a depender del tipo de manejo que vayamos realizar, pero si de alguna manera se pueden resumir a las siguientes:
Principios de primavera:
- Reproducción de colonias (enjambrazón artificial).
- Revisión de colmenas (es fácil encontrarnos con alguna colmena zanganera en está época).
- Trasvase de colonias.
- Renovación de cera.
- Reestructuración del nido de cria.
- Vigilancia de las reservas de polen y miel (sobretodo si las lluvias no permiten el pecoreo).
- Posible tratamiento de enfermedades de la cria (loques) producción de reinas y jalea real.
- Aumento de la apertura de la piquera
Mediados de primavera:
- Captura de enjambres “naturales”.
- Equilibrado de colonias.
- Revisión de núcleos.
- Colocación de alzas y trampa cazapolen (si queremos recolectar).
- Control de la maleza alrededor de las colmenas.
Finales de primavera: cata (de según que floración como podría ser azahar y acacia), aseguramiento de abrevaderos, captura de jabardos…
VERANO
Dependiendo de la zona puede ser una estación seca casi sin floraciones o, por el contrario en alta montaña época de floración.
Mucha atención a la ventilación. El interior de las colmenas en estos meses de verano son auténticos hornos con un alto grado de humedad como consecuencia de la evaporación de humedad del néctar. Por eso deben de estar las colmenas con un grado de inclinación hacia adelante para que recuda el agua.
Principios de verano:
- Cuidar de proteger las colmenas con alguna sombra si no hubiese arbolado u otros medios naturales.
- Control del estado sanitario.
- Control de la vegetación seca alrededor del colmenar.
- Apertura total de la piquera y del fondo, si es posible.
Mediados-final de verano:
- Cata (si hemos podido encontrar floración, como el girasol).
- Vigilancia de los abrevaderos, que haya en las cercanías agua fresca y limpia para las abejas.
- Alimentación artificial en caso de sequía.
Nota: En estos meses tan calurosos es muy importante asegurar una correcta ventilación de la colmena (abriendo todo lo posible la piquera) ya que un exceso de temperatura puede derretir los panales, con la consiguiente muerte de la colonia.
Un signo de falta de ventilación es observar a las abejas “hacer la barba” en la parte frontal de la colmena.
OTOÑO
A todos los efectos, es el momento en que se inicia la temporada siguiente. Desafortunadamente, no todos los apicultores lo ven así, y de esta manera pierden la gran oportunidad de permitir a sus colmenas expresar todo su potencial al inicio de la primavera. Para comprender el por qué de esta afirmación, es necesario explicar que el inicio del otoño es un excelente momento para evaluar la calidad de las reinas presentes en el colmenar y sopesar el estado sanitario de las colmenas en términos individuales y de los apiarios en términos generales. Asegurar un nivel adecuado de reservas y un buen estado sanitario nos permitirá actuar antes de que sea tarde, y garantizar el aprovechamiento de las floraciones tardías que nos darán algo de polen y néctar, lo cual a su vez se traduce en una menor necesidad de recurrir a la alimentación artificial, que en definitiva significa ahorrar dinero y asegurar una alimentación de alta calidad.
En resumen, unas de las principales tareas a realizar son:
- Tratamientos sanitarios: según la normativa es obligatorio anual anti-varroa entre septiembre y noviembre.
- Producción de propóleos.
- Cria de reinas y producción de jalea real.
- Renovación de reinas.
- Posible cata según floraciones.
- Equilibrado de colmenas, fusión de cara a facilitar la invernada.
- Preparación de la colmena para la invernada.