El caqui o también llamado popularmente Palosanto es una fruta originaria de Asia. Ahora se cultiva en muchos países con temperaturas cálidas, y en España los encontramos mayoritariamente en Valencia.
El caqui, también conocido como palo santo, es una fruta tropical que pertenece a la familia de las Ebanáceas. Existen distintas especies de consumo, de tamaño y sabor diferenciados, entre las que destacan; el caqui de China (D. Kaki), el de Japón (D. Lotus) y el americano (D. Virginiana). El más cultivado es el de China, con un peso que oscila entre los 80 y los 250 gramos en función de la variedad, de color rojo o anaranjado o amarillo, según su contenido en carotenos, y de pulpa anaranjada, dulce y jugosa, con un ligero regusto áspero, según su contenido de taninos.
Se trata de una fruta dulce, fácil de comer, con un alto contenido en agua (80%), y, junto al plátano, es la que contiene más hidratos de carbono. ”Su contenido en hidratos de carbono es de 15,3 g por porción comestible de caqui. Esencialmente contiene fructosa como azúcar principal pero también contiene sacarosa y glucosa. Cuanto más maduro es el caqui más dulce es y mayor proporción de azúcar tiene” explica la nutricionista Marta Sanz. De hecho el caqui es una de las frutas carnosas más calóricas. Con 70 calorías por cada 100 gr de peso, el poder calórico es bastante superior al de los albaricoques, o las naranjas, sólo los plátanos lo superan.
Aunque el caqui sea una fruta calórica es una fruta tan beneficiosa para la salud que no debería descartarse de ninguna dieta, aunque si el objetivo es adelgazar o si se sufre diabetes se debe consumir con moderación.
“Contiene cantidades elevadas de potasio (171 mg) y de fosforo (20mg) y cantidades bajas de sodio. En vitaminas destaca por ser una de las frutas más ricas en vitamina A y carotenoides (provitamina A)” explica Sanz. Esta vitamina es buena para prevenir problemas de visión, mantener la piel saludable y para que las mucosas realicen correctamente su función protectora.
También es rico en vitamina C cuando la fruta está verde, la cual interviene en la formación de los huesos, dientes, colágeno, glóbulos rojos, favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones.
“Las vitaminas A y C tienen propiedades antioxidantes que ejercen un papel protector contra el cáncer, las enfermedades cardiovascular, o las degenerativas ” explica Sanz.
Un estudio de la unidad de Química Analítica de la Universidad de Valencia, publicado por la revista especializada Food Chemistry, constató que el caqui es una opción sana para las personas con enfermedades del corazón o con problemas de hipertensión.
Si queremos regular el transito intestinal el caqui es nuestra fruta. Contiene taninos que son los responsable de su toque amargo. Los taninos de los caquis que no han madurado por completo le confieren a la fruta propiedades astringentes, por lo que sirve para tratar diarreas. Pero los beneficios del caqui en lo referente al tránsito intestinal son bidireccionales, también puede aprovecharse el fruto cuando está muy maduro para combatir el estreñimiento por su contenido en fibra y azúcares.
Comprar y conservar los caquis
Cuando vamos a comprarlos al mercado debemos desechar los ejemplares que presenten un color verde, y hay que elegir siempre los que estén colorados, con la piel intacta, y con casquete y tallo incluidos.
El caqui es una fruta muy frágil que ha de encontrarse muy madura en el momento de su consumo. Si aún está verde debemos guardarla fuera de la nevera en un frutero con otras frutas.
Una vez que el caqui ha alcanzado su punto óptimo de maduración, lo conservamos en el refrigerador hasta el momento de su consumo, que debe ser lo antes posible.
Esta fruta admite muy bien la congelación, ya sea entera o en puré. Para evitar la decoloración que experimenta, se recomienda añadir zumo de limón.
El caqui se consume generalmente como fruta fresca pero también se pueden elaborar purés o mermeladas para utilizar en recetas de postres.