Carnes blancas: ¿De pollo o de pescado?

La decisión de incluir carne de pollo o pescado en nuestra dieta es una consideración multifacética que va más allá de una simple elección entre dos fuentes de proteína. Entérate por que deberías consumir de ambas:

Se fundamenta en una compleja interacción de nuestras necesidades nutricionales individuales, nuestras preferencias de sabor personales y una creciente conciencia sobre las consideraciones de salud a corto y largo plazo. Ampliemos estos pilares para comprender mejor la riqueza de esta elección.

En primer lugar, las necesidades nutricionales individuales actúan como un faro que guía nuestra selección. Nuestro cuerpo requiere una variedad de nutrientes para funcionar óptimamente, y tanto el pollo como el pescado ofrecen perfiles nutricionales distintos. Si bien ambos son excelentes fuentes de proteína magra, esencial para la construcción y reparación de tejidos, sus aportes en otros micronutrientes y macronutrientes difieren significativamente. Por ejemplo, individuos con deficiencia de hierro podrían encontrar en ciertos cortes de pollo (especialmente el muslo) un aporte valioso, aunque no tan elevado como en la carne roja. Por otro lado, aquellos que buscan optimizar su ingesta de ácidos grasos omega-3, conocidos por sus efectos cardioprotectores, antiinflamatorios y beneficios para la salud cerebral, encontrarán en el pescado graso (como el salmón, la caballa, el atún y las sardinas) una fuente mucho más rica y biodisponible. Asimismo, las necesidades de vitaminas y minerales varían entre individuos y etapas de la vida.

El pollo es una buena fuente de vitaminas del grupo B (como la niacina y la B6), así como de fósforo y selenio. El pescado, especialmente el graso, destaca por su contenido de vitamina D, vitamina B12 y yodo, nutrientes cruciales para diversas funciones metabólicas y a menudo deficitarios en la dieta occidental. Por lo tanto, una comprensión clara de nuestras necesidades nutricionales específicas puede inclinar la balanza hacia una u otra opción, o incluso fomentar la inclusión equilibrada de ambas.

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La carne de pescado posee una gran variedad de propiedades nutricionales que la convierten en un alimento muy valioso para la salud. Estas propiedades varían ligeramente según la especie (pescado blanco o magro, pescado azul o graso) y su contenido de grasa. A continuación, se detallan las principales propiedades de la carne de pescado:

Alto contenido de proteínas de alto valor biológico:

  • El pescado aporta entre un 18% y un 25% de proteínas de alta calidad, lo que significa que contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita y que no puede producir por sí mismo. Estas proteínas son fáciles de digerir y esenciales para la construcción y reparación de tejidos, la función hormonal y enzimática.

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La elección entre carne de pollo y pescado depende de tus necesidades nutricionales, preferencias de sabor y consideraciones de salud. Ambas son excelentes fuentes de proteína magra, pero difieren en otros nutrientes clave:

Proteína:

  • Tanto el pollo como el pescado son fuentes de proteína de alta calidad. El contenido puede variar ligeramente según el corte o tipo de pescado, pero generalmente son comparables.

Grasa:

  • El pollo, especialmente la pechuga sin piel, tiende a ser más bajo en grasa saturada que algunos tipos de pescado.
  • El pescado, especialmente las variedades grasas como el salmón, el atún y la caballa, son ricos en ácidos grasos omega-3, que son beneficiosos para la salud del corazón, el cerebro y tienen propiedades antiinflamatorias.

Vitaminas y Minerales:

  • El pollo es una buena fuente de vitamina B3, vitamina B6, fósforo y selenio. También contiene vitamina D.
  • El pescado, especialmente el pescado graso, es una excelente fuente de vitamina B12, vitamina D y yodo. También contiene otros minerales como el selenio y, en algunos casos, calcio (especialmente si se comen las espinas).

Otros Beneficios:

  • El pescado, gracias a su contenido de omega-3, se asocia con la mejora de la salud cardiovascular, la función cognitiva y la salud ocular.
  • El pollo es una carne magra versátil y de fácil digestión, lo que la hace adecuada para muchas dietas.

Consideraciones:

  • El método de cocción puede afectar el contenido de grasa y el valor nutricional de ambas carnes.
  • Algunos tipos de pescado pueden contener mercurio, por lo que se recomienda un consumo moderado, especialmente en mujeres embarazadas, lactantes y niños pequeños.

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En resumen:

  • Si buscas una carne magra baja en grasas saturadas, el pollo (pechuga sin piel) puede ser una buena opción.
  • Si buscas una fuente rica en ácidos grasos omega-3 y vitamina D, el pescado graso es una excelente elección.
  • Incluir ambas en tu dieta puede proporcionar una amplia gama de nutrientes y beneficios para la salud.

Cuando se trata de elegir entre la mejor opción para ti dependerá de tus necesidades y preferencias individuales. Considera consultar con un profesional de la salud o un nutricionista para obtener recomendaciones personalizadas.

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