Cada vez que recorremos la huerta y encontramos hojas mordidas o con signos extraños, nos ponemos en alerta ante la inminente presencia de una plaga. La nota destaca el potencial de algunas flores y aromáticas para manejar, de forma agroecológica, las plagas que atacan los cultivos.
Hay muchos tipos de plagas y enfermedades de las plantas: hongos (como el oidio o el mildiu), plaga de hormigas, arañas, moscas, nematodos, caracoles y babosas…. Así que en esta categoría veremos también distintos tipos de control de plagas y hongos en huertos ecológicos
Las plantas aromáticas y medicinales contribuyen al aumento de la biodiversidad y hacen que la huerta sea un sistema natural en equilibrio, donde conviven armoniosamente hortalizas, flores, hierbas y yuyos.
Esta disciplina, surgida en la década del ‘70, recupera algunos principios de la ecología y los aplica a la gestión de sistemas productivos más sustentables y beneficiosos con el ambiente. Desde hace 25 años, la agroecología es uno de los ejes que sostiene la acción del programa Prohuerta y desde el que se acompañan a 3,5 millones de personas de todo el país que, reunidas en más de 700.000 huertas, producen sus propios alimentos.
Cinco opciones
1. Flores todo el año: caléndula y taco de reina
Se conocen como “plantas trampa”, debido a que el color amarillo de sus flores resulta un atractivo para los pulgones. Por esta razón, cuando estos insectos aparecen en la huerta, son las primeras especies en afectarse.
No obstante, desde una mirada agroecológica, es posible aprovechar esta particularidad y hasta las mismas plantas para eliminar el foco inicial de los pulgones y limitar su acción. Así, una alternativa muy fácil y económica es el macerado de caléndula, un preparado que, además, sirve para alejar gusanos, pulgones, chinches y orugas cortadoras.
Para hacerlo, deje macerar una taza de hojas y flores de caléndula en medio litro de agua durante un día. Luego, filtre la mezcla a través de un lienzo, dilúyala en 1,5 litros de agua con una cucharada de jabón blanco y pulverícela sobre las plantas.
Los pétalos y hojas de algunas especies de caléndula son comestibles y se utilizan para decorar ensaladas y otros platos.
Por su parte, el taco de reina ahuyenta las chinches de los zapallos y los pulgones y moscas blancas que atacan rosas, frutales y hortalizas. También oficia de “trampa” para captar pequeñas avispas predadoras e insectos minadores –característicos de los cítricos– y, por su tipo de crecimiento extensivo, se utiliza como cobertura de suelo.
El taco de reina es una planta originaria de América y se conoce con otros nombres como capuchina, espuela de galán, flor de la sangre o llagas de Cristo.
2. Anís, coriandro y perejil
Sus flores son un hábitat propicio para albergar insectos benéficos como vaquitas y avispas. Estos tienen un rol valioso en la huerta, en tanto se alimentan de otros insectos que sí perjudican el desarrollo de las plantas.
Estas especies pueden sembrarse durante todo el año en la proximidad de los cercos, entre las hortalizas y también se adaptan al cultivo en macetas, una cualidad que permite ubicarlas en terrazas, balcones y pequeños canteros.
El anís o anís verde es una hierba que proviene del sudoeste asiático y de la cuenca mediterránea oriental.
Aunque se conoce popularmente como coriandro, esta especie recibe muchos nombres: perejil chino, perejil árabe, cilantro, coendro, cuantrillo, xendro, entre otros.
Las semillas de perejil se siembran en lugares soleados y se adaptan a la mayoría de los suelos, a excepción de aquellos demasiado compactos.
3. Menta
Asociada con las coles (brócoli, coliflor, repollo, etc.), la menta aleja una diversidad de pulgones (verdes, negros y cenicientos) que atacan estas plantas. Si se distribuye en los alrededores de la huerta, resulta un repelente ideal para ratones, hormigas, moscas y polillas.
La menta, caracterizada por su olor refrescante, puede encontrarse en todo el mundo: Europa, Asia, África, Australia y América.
4. Ruda
La ruda es un arbusto de baja altura que se adapta a los suelos secos y pobres en nutrientes y requiere mucha exposición al sol. Se considera una de las especies más repelentes en el manejo agroecológico de las plagas, debido a que su olor y su color provocan una permanente confusión en los insectos y eso les impide invadir los cultivos. Facilita el control de piojos, pulgones, ácaros y babosas y ahuyenta moscas blancas y gatos.
La ruda prefiere las altas temperaturas: florece de mayo a septiembre, alcanza su máximo de floración en verano y requiere protección contra el frío y las heladas.
5. Salvia
Esta especie posee propiedades insecticidas y fungicidas. Es buen repelente para las moscas minadoras que dañan los repollos y las zanahorias y, además, atrae las chinches del poroto y evita su ataque al cultivo.
La salvia puede utilizarse en infusiones para controlar el mildiu de la papa, una enfermedad fúngica característica también de los tomates, y como condimento de carnes. Por su follaje verde grisáceo combinado con flores violetas, esta planta se destaca por su valor ornamental y resulta muy decorativa en huertas y jardines.
La salvia se utiliza con fines medicinales y ornamentales y, en lo gastronómico, se emplea como condimento característico de las recetas de origen italiano.