Cultivar Aloe vera o sábila en el huerto, jardín o en macetas en la terraza o el patio es una excelente idea. Podremos usar las hojas o pencas de esta maravillosa planta medicinal en multitud de remedios caseros y aprovechar sus bondades.
La planta del aloe o sábila es de tipo herbáceo, tiene un tallo corto y alrededor de éste y de forma paralela van creciendo las pencas u hojas. Tiene una raíz principal que es un rizoma.
Pero vamos a dedicar este artículo a conocer más sobre el cultivo del aloe vera o sábila y los cuidados que requiere esta planta.
Cómo cultivar aloe vera o sábila
La aloe vera o sábila, Aloe Barbadensis Miller, es una planta perenne que pertenece a la familia botánica de las Liliáceas. Si la cuidamos, podemos tener planta para más de 10 años.
Para multiplicar o reproducir la aloe vera lo podemos hacer fácilmente a partir de los hijos que salen de forma natural alrededor de la planta madre. Cuanto mejores condiciones tenga ésta, antes empezarán a aparecer los hijos o hijuelos. Sólo tendremos que descubrir un poco la raíz principal de la planta madre y separar con una navaja limpia los hijos con su respectiva raíz. Esto lo haremos preferentemente en otoño o en primavera. Posteriormente plantaremos las plantas hijas en su nueva ubicación dejando una distancia entre planta y planta de un metro. Riega la noche anterior la zona en la que vayas a realizar el trasplante.
Este tipo de propagación o reproducción asexual es la más común, rápida y sencilla en el aloe.
La sábila es una planta relativamente resistente y puede ser de fácil cultivo, tanto si se cultiva en macetas como directamente en el suelo.
Verás que cuando la planta de aloe vera es joven ésta tiene pintas o motas blancas por las pencas. Estas manchitas blancas desaparecen a medida que la planta va siendo más madura.
Requerimientos del cultivo de la aloe vera o sábila
Temperatura: es una de las variables que mayor impacto tiene sobre el crecimiento de las plantas de aloe. Puede sufrir en zonas con climas fríos, por eso se recomienda mantener en invernadero o dentro de casa durante los meses más fríos, porque las heladas podrían producir quemaduras en las pencas de la sábila. Su temperatura óptima de crecimiento está entre los 16 y los 26ºC.
Sustrato: la sábila crece muy bien en sustratos ricos en materia orgánica, sueltos, tirando a ácidos y con buen drenaje que eviten los enchargamientos. Si vas a plantar la aloe en una maceta o mesa de cultivo ésta debe tener una profundidad mínima de 40 cm para permitir que las raíces se desarrollen bien.
Riegos: la sábila no es un cactus, es decir, necesita riegos regulares y relativamente abundantes.
Deshije: si no deseas tener más plantas de aloe, ve retirando los hijuelos que salen alrededor de la planta para que la planta madre crezca con mayor vigor.
Plagas: no suele tener plagas, quizá alguna araña roja y cochinilla podríamos decir que es lo más frecuente. Puedes ver todo lo relacionado con plagas en la sección de Agricultura Ecológica.
Cosecha: cuando la planta del aloe alcanza los dos años ya posee las propiedades medicinales que la caracterizan. Antes de los dos años no merece la pena cortar las hojas porque no tendrán el efecto que esperaremos.
Empieza cortando la penca más externa por la parte inferior, es decir la más cercana a la tierra. Haz un corte con una navaja que esté bien limpia. Verás que es muy sencillo.
No es necesario hacer nada en la planta después de cortar la penca, en dos días estará «cicatrizada». Eso sí, procura realizar la cosecha a última hora de la tarde y después riega un poco. Esto reducirá el estrés en la planta.