La cúrcuma es una especia deliciosa y de un bello color amarillo brillante, originaria del sur asiático, por lo que es común en la gastronomía de esa región.
Seguramente ya la hayas probado en guisos, curry y pasteles. Esta planta tropical ama el calor y la lluvia, o, mejor dicho, las condiciones húmedas y cálidas. Si deseas saber cómo cultivar cúrcuma en casa, sigue leyendo este post.
Aunque a la cúrcuma le gusta el calor, detesta el pleno sol cuando las temperaturas ascienden por encima de los 32 ºC. De hecho, prefiere la sombra parcial. Algo que esta especia no puede manejar son las heladas. Entonces, ¿qué puedes hacer si vives en una zona fría?
Bueno, la cúrcuma felizmente puede cultivarse en macetas grandes y acomodarse en el interior del hogar cuando las temperaturas frías se hagan presentes. Si te preguntas si es probable que luego de la siembra y del cuidado puedas cosechar algo tan bueno como lo comprado en la tienda, la respuesta es sí y mucho mejor.
Aunque la cosecha del cultivo de cúrcuma en macetas puede ser pequeña, te aseguro que será intensamente sabrosa.
Cómo plantar cúrcuma en macetas
Escoge una maceta de al menos 30 centímetros de profundidad con el mismo ancho o un poco mas grande. Llena con tierra bien drenada y planta dos rizomas de cúrcuma por maceta como lo harías con el jengibre o las patatas, aproximadamente a 7.5 centímetros debajo de la superficie del suelo con los cogollos hacia arriba.
Riega la tierra profundamente, manteniéndola húmeda, pero sin encharcar las raíces y ten paciencia, pues no todas las plantas crecen tan rápido como los girasoles.
La cúrcuma demora desde 200 hasta 360 días en madurar, pero realmente vale la pena esperar.
Los rizomas se cosechan en otoño cuando el follaje empieza a tornarse amarillo. Tumba la maceta y tira de los tallos. Deja que la tierra que hay en ellos se seque y, luego, cepilla el exceso o enjuaga con agua, asegurándote de secar los tubérculos después.