Cuando se acaba el frio y las plantas empiezan a despertar, el pulgón se apunta al festín de los brotes tiernos aunque nadie le invite.
El pulgón es quizás la plaga más frecuente en jardinería con el permiso de ácaros, cochinillas y moscas blancas. Este insecto puede ser de color verde, amarillo, negro o rojo; hay muchas especies diferentes.
Seguramente que ya lo habrás visto en los brotes tiernos de alguna de tus queridas plantas. Si no es así, conviene que lo conozcas porque sin ninguna duda tarde o temprano te las verás con él.
Desde la primavera hasta el otoño deberás controlar las zonas en crecimiento de tus plantas y el envés de las hojas para detectarlos a tiempo.
La colonia de pulgón se multiplicará a gran velocidad, cuanto antes descubras la plaga más fácil será eliminarla. A lo largo de este artículo intentaré aportarte algunas soluciones.
Características del pulgón
Aunque no seas aficionado a la biología te animo a conocer algo a cerca de estos bichitos. Si sabes lo suficiente sobre ellos podrás identificarlos y aprender a prevenirlos.
Los pulgones son insectos pequeños de apenas unos milímetros de largo, pero fáciles de ver a simple vista. Pertenecen al orden de los hemípteros como las cochinillas y las moscas blancas, que tal vez te resulten familiares. Al igual que éstas, se alimentan de los jugos de las plantas. Su aparato bucal picador y chupador les sirve para perforar la planta y succionar su savia.
Los pulgones también son conocidos como áfidos y pueden ser de diferentes colores dependiendo de la especie (verdes, amarillos, negros o rojos). Hay más de 500 tipos de áfidos parásitos de plantas ornamentales y de cultivos agrícolas. Unos tienen la capacidad de alimentarse de gran variedad de plantas, mientras que otros son monófagos y solo perjudican a una especie en concreto.
En la foto puedes ver como, en este caso, el pulgón verde presenta un cuerpo alargado y en forma de pera en el que apenas se diferencian la cabeza, el tórax y el abdomen. Su par de antenas largas -puede que más incluso que el propio cuerpo- las patas, también evidentes, y los dos apéndices posteriores le confieren un aspecto inquietante ¿no crees?
Los pulgones tienen preferencia por las partes más tiernas de la planta, formando un grupo numeroso de individuos en el que conviven los adultos y las ninfas. En las fases avanzadas de la plaga pueden llegar a cubrir por completo las zonas en crecimiento.
La plaga aparece con el buen tiempo y de forma casi explosiva. Las características reproductivas del pulgón facilitan que, en un breve periodo de tiempo, el número de individuos pase de unos pocos a cientos o miles de ellos en una sola planta.
Las hembras del pulgón pueden reproducirse por partenogénesis: cuando se dan las condiciones propicias para la especie, paren otras hembras idénticas a ellas sin la mediación de los machos.
En cambio cuando las condiciones son adversas -al acercarse el frío, por ejemplo- vuelven a reproducirse de forma sexual; dejando los huevos latentes a la espera de mejores circunstancias.
Las colonias estarán formadas mayormente por hembras sin alas, pero con las condiciones favorables se dará lugar a hembras aladas y machos para facilitar la dispersión de la plaga.
Consecuencias de la plaga
Los hábitos alimentarios del pulgón tienen resultados perjudiciales en las plantas, tanto de salud como estéticas y productivas, que convienen evitar.
Los pulgones restan energía a las plantas al alimentarse de su savia. Ello provoca que no crezcan con el vigor esperado o que, en los cultivos, baje la productividad.
Al clavar su estilete para succionar los azúcares, en una y otra planta, los áfidos pueden ser transmisores de virus. No se conoce cura para los virus en las plantas. Ante ellos, tu única alternativa es la prevención.
Los pulgones provocan daños estéticos en la planta. Cuando se alimentan de las hojas, éstas se arrugan y amarillean. También causan deformaciones en los nuevos brotes y flores debido a su saliva tóxica.
Tras alimentarse de la savia generan un residuo azucarado (la melaza), que ensucia la planta y atrae a las molestas hormigas. Esta melaza, con las circunstancias apropiadas de humedad, también provoca la aparición de la negrilla.
La negrilla es un hongo negro que cubre las hojas y demás zonas sucias por la melaza
Provoca más que nada una merma estética pero… cuidado, si el hongo está lo suficientemente extendido, impedirá la correcta fotosíntesis de la planta
Prevención y diagnóstico a tiempo
Si eres observador, algunos de los síntomas comentados antes, te darán las claves de la existencia del pulgón sin ni siquiera detectarlo físicamente en primera instancia.
Si ves hojas que amarillean y se arrugan, es un buen indicativo del ataque de un parásito. Si además hay hojas que están brillantes y pegajosas, o se ven hormigas deambulando por los tallos, ya no hay duda de que un insecto hemíptero está excretando melaza como resultado de su alimentación. Busca sobre todo en las zonas terminales de la planta, donde los tejidos son más tiernos. La parte posterior de las hojas son las grandes olvidadas, donde quizás veas al culpable. Con estos síntomas… podrían ser cochinillas o moscas blancas, pero también el pulgón. ¡A ver qué te encuentras!
Diagnosticar el problema a tiempo te ayudará a minimizar las consecuencias. Pero sin duda la clave es la prevención. A continuación tienes algunos consejos para evitar la proliferación de áfidos en tus plantas.
Cómo prevenir el pulgón
Proporciona a tus plantas los cuidados óptimos para que no tengan carencias. Una planta débil es más susceptible a las plagas y enfermedades.Evita abonar con demasiado nitrógeno. El exceso de este elemento hace que las plantas crezcan de forma exagerada propiciando tallos demasiado tiernos… un manjar para los pulgones y otros parásitos. Mantén el jardín o macetas libres de mala hierba. Además de dar mala imagen serán un fantastico refugio para el pulgón.Planta romero, lavanda, menta y otras aromáticas cerca de las plantas más susceptibles a esta plaga. El aroma de algunas aromáticas repele a los insectos perjudiciales.Fomenta la existencia de insectos útiles que se alimentan del pulgón como mariquitas, crisopas, sírfidos y avispillas parasitoides, por ejemplo evitando los insecticidas de amplio espectro.
Cómo eliminar el pulgón
Si a pesar de tus esfuerzos la plaga se establece en alguna de tus plantas, tampoco es un drama. Este parásito es de los más sencillos de eliminar. Ahora te cuento cómo hacerlo.
Valora el grado de afectación. Si el ataque no es grave o se encuentra al inicio, tal vez sea suficiente con retirar los áfidos manualmente o podar ligeramente las zonas invadidas. La manguera también puede ser una gran aliada. Algo tan sencillo como rociar las zonas perjudicadas con agua a presión de forma reiterada, puede ayudarte a acabar con el pulgón sin la necesidad de productos químicos.
Jabón potásico
Si esto te fuera imposible por la cantidad de plantas afectadas, puedes aplicar un tratamiento con jabón potásico. Diluyes este producto al 2% en agua (o lo que es lo mismo, 20ml. de jabón por cada litro de agua) y lo pulverizas sobre las zonas afectadas, verás que enseguida notas mejoría. A pesar de ello deberás volver a tratar a las 2 semanas para asegurar la eliminación del pulgón. Yo te aconsejo que hagas al menos 3 aplicaciones, respetando estos plazos de tiempo. No olvides rociar bien la parte posterior de las hojas.
La ventaja de aplicar jabón potásico, en lugar de otros insecticidas, es que es ecológico y no tiene plazos de seguridad; es totalmente inocuo para las personas y los animales domésticos. Además, te ayudará a limpiar los residuos de melaza y a combatir en consecuencia el hongo de la negrilla. Hacerte con él es muy sencillo.
El inconveniente de este producto es que, al ser un insecticida de acción mediante contacto, solo matarás los pulgones alcanzados por su pulverización. Por eso, no lo olvides, es conveniente realizar varias aplicaciones procurando siempre mojar bien toda la planta (en especial los nuevos brotes y las partes posteriores de las hojas).
Aceite de Neem
Otra alternativa ecológica y respetuosa con el medio ambiente es el aceite de Neem, que sirve tanto de repelente como de insecticida por contacto. Dispone de cierto efecto sistémico gracias a su materia activa: la azadiractina. Combate el pulgón pero también otras plagas como la araña roja, la mosca blanca o la cochinilla; y todo ello sin perjudicar a otros insectos beneficiosos.
Mi consejo es que utilices el principio de racionalidad en el tratamiento de cualquier plaga. “No mates moscas a cañonazos“. Lo mejor, siempre, es empezar tratando el problema de la forma menos perjudicial para el medio ambiente. Si eso no funciona ya probarás algo más drástico.
Si ni el jabón potásico ni el aceite de Neem han sido lo suficientemente efectivos por separado, piensa que siempre tienes la posibilidad de combinarlos -sin riesgo, claro, para tus plantas-. El jabón potásico actuará como mojante en este caso, potenciado las cualidades del aceite de Neem. Solo presta atención en el manejo de las dosis marcadas por el fabricante y aplícalos con seguridad.
Como no todos los productos se venden con un pulverizador incluido en el envase. De nada te servirá todo lo anterior si no dispones de una buena mochila o similar para realizar las aplicaciones. Tu mejor aliada en ese caso la tienes aquí en esta mochila de tratamiento.
La alternativa casera puede ser la de hervir ajos y pulverizar el agua resultante, tal y como se explica en este vídeo de Sodimac.