EE.UU. refuerza su apuesta en Argentina con inversiones en energía, tecnología y agro

El cambio en la Cancillería busca agilizar proyectos del Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones con impacto directo en el campo y las exportaciones.

El recambio en la Cancillería argentina marcó un movimiento clave en la estrategia del presidente Javier Milei para consolidar la relación económica con Estados Unidos. La llegada de Pablo Quirno —figura con peso en las negociaciones financieras internacionales y vínculo directo con el Tesoro norteamericano— apunta a fortalecer el Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI), donde se concentran los proyectos que definirán el nuevo mapa productivo argentino.

El interés estadounidense se enfoca en sectores estratégicos como energía, tecnología y agricultura, además de la minería del litio, el oro y el cobre. La expectativa del Gobierno es que este acercamiento impulse nuevas inversiones en infraestructura agroindustrial, biotecnología y energías limpias, ámbitos donde la Argentina busca posicionarse con valor agregado y competitividad exportadora.

Actualmente, Estados Unidos es el tercer socio comercial de la Argentina y el principal inversor extranjero directo, con un stock que supera los US$ 31.000 millones, siete veces más que el de China. En este contexto, el embajador norteamericano Peter Lamelas anticipó un “flujo de capital sin precedentes” hacia el país, lo que podría beneficiar a las cadenas agroalimentarias, la tecnificación del campo y la logística exportadora.

Desde el agro hasta la minería, la nueva etapa promete una mayor integración con el mercado norteamericano y una posible apertura de nuevas oportunidades de exportación y transferencia tecnológica. Si el Gobierno logra sostener la estabilidad política y la seguridad jurídica, el RIGI podría convertirse en una plataforma para reposicionar al agro argentino como uno de los grandes motores del crecimiento nacional.

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