Una investigación de la Universidad Nacional de San Martín estimó que si la Argentina alcanzara las 61,7 millones de toneladas de soja, el crecimiento del sector generaría un impacto económico de hasta 0,82% del PBI, con un fuerte movimiento logístico y energético en todo el país.
El estudio, elaborado por Adrián Gutiérrez Cabello, del Centro de Economía Regional de la Unsam, calculó que para eliminar las retenciones a la soja sin costo fiscal, la producción debería crecer un 28% respecto del promedio actual. Ese nivel permitiría igualar el récord histórico del ciclo 2014/15, cuando se cosecharon 61,4 millones de toneladas, y potenciaría la industria aceitera y exportadora.
Según el investigador, un incremento de 13,5 millones de toneladas en la producción generaría US$6300 millones adicionales en exportaciones y elevaría la utilización de la capacidad industrial al 77,4%, reduciendo incluso la necesidad de importar soja paraguaya. Además, este crecimiento “no solo dinamiza la actividad agrícola, sino que también impacta de forma directa e indirecta en el resto de los sectores productores de bienes y servicios”.
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El informe también advierte sobre el impacto logístico y energético del crecimiento proyectado. Con una producción récord, se movilizarían 482.000 camiones adicionales hacia las zonas portuarias y se requerirían 511 millones de litros extra de gasoil entre siembra, cosecha y transporte. Para Gutiérrez Cabello, esto demuestra el efecto multiplicador del agro, que trasciende el campo y derrama sobre toda la economía.
Por último, el especialista recordó que la incidencia de la soja en el precio final de los alimentos es mínima, ya que el consumo interno de poroto, harina y aceite es bajo. Por eso, sostuvo, revisar el esquema de retenciones podría convertirse en una estrategia clave para potenciar las exportaciones sin generar inflación.
