El secreto detrás del picado fino y el picado grueso del salamín

El salamín es mucho más que un simple embutido. Es un símbolo de tradición, un pilar de la gastronomía y, en muchos países, el protagonista de cualquier picada.

Aunque su origen se asocia a la Italia medieval, su legado se ha extendido por todo el mundo, especialmente en Argentina, donde ha adquirido una identidad propia.

La historia del salamín está ligada a los inmigrantes europeos, principalmente italianos, que llegaron a Argentina a finales del siglo XIX y principios del XX. Ellos trajeron consigo la sabiduría de sus recetas ancestrales para conservar la carne. La combinación de esos conocimientos con la disponibilidad de materias primas de calidad en la nueva tierra dio origen a un producto que se arraigó profundamente en la cultura local.

Hoy, el salame argentino es reconocido por su calidad y sabor particular. Ciudades como Tandil y Colonia Caroya son referentes a nivel nacional e incluso internacional.

  • Salame de Tandil: Fue el primer producto elaborado en Argentina en recibir la Denominación de Origen (D.O.). Esto garantiza que su producción sigue una receta y un proceso específicos, utilizando carne de cerdo y vaca criadas en la región. Su clima serrano y la flora natural de la zona le dan un sabor único.
  • Salame de Colonia Caroya: Con una fuerte herencia de la región italiana de Friuli, este salame se distingue por su picado grueso y su sabor suave. Un factor clave es la flora fúngica (el hongo blanco exterior) que crece de forma espontánea en los sótanos de la zona y es fundamental para su maduración.

La principal diferencia en la producción de un salamín de picado fino y uno de picado grueso radica en el tamaño de la carne y el tocino (grasa) molidos.

Salamín de picado fino

  • Proceso: Se utiliza una picadora con una placa o disco con orificios muy pequeños (generalmente de 3 a 5 mm). Esto hace que la carne y la grasa queden finamente molidas y se mezclen de manera uniforme, casi sin que se distingan los trozos de grasa a simple vista.
  • Características: El resultado es un embutido de textura más suave y homogénea. El sabor tiende a ser más delicado y menos intenso que en el picado grueso, ya que la grasa se distribuye de manera más sutil en toda la masa.

Salamín de picado grueso

  • Proceso: Se utiliza una picadora con una placa o disco con orificios más grandes (generalmente de 8 mm o más). La carne y el tocino se muelen en trozos más grandes, lo que permite que los granos de grasa sean visibles en la masa.
  • Características: Este tipo de salamín tiene una textura más rústica y firme. Los trozos de grasa son claramente visibles y le dan un sabor más robusto y marcado al producto final. Es el preferido por quienes buscan una experiencia de sabor más intensa y tradicional.

Hay que tener en cuenta la elección del disco de la picadora es lo que determina si el salamín será de picado fino o grueso, y esa decisión impacta directamente en la textura, el aspecto visual y el perfil de sabor del producto.

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