Cómo cuidar a tu ganado en viajes: recomendaciones del SENASA para prevenir el estrés por calor durante los periodos de elevadas temperaturas.
Ante las condiciones climáticas extremas asociadas al calor dentro de la temporada de verano, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria sugiere a los transportistas de animales implementar protocolos específicos para mitigar los efectos del estrés calórico durante el traslado.
El estrés calórico o térmico se define como el conjunto de respuestas fisiológicas y etológicas que un organismo manifiesta al exponerse a condiciones ambientales que exceden su zona termoneutral, generando un desequilibrio homeostático y una reducción en el bienestar animal.
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El SENASA sugiere seguir estas pautas para el transporte de ganado y garantizar su bienestar:
- Minimizar el estrés: Planificar y organizar el transporte con anticipación reduce el tiempo que los animales pasan en corrales, disminuyendo el estrés.
- Evitar el calor: Cargar al amanecer o atardecer y proporcionar sombra y agua fresca ayuda a prevenir el estrés por calor, que puede afectar la salud y el rendimiento de los animales.
- Transporte adecuado: Utilizar vehículos habilitados y respetar la densidad de carga asegura un viaje seguro y cómodo para los animales.»
- Minimizar paradas: Evitar paradas durante el viaje. En caso de ser estrictamente necesario, buscar un lugar sombreado y permanecer el menor tiempo posible. Ventilación óptima: Garantizar una ventilación adecuada en todo momento. Al utilizar cobertores removibles, asegurar que el vehículo esté en movimiento para facilitar la circulación del aire. Descarga eficiente: Coordinar la descarga con el establecimiento de destino para evitar esperas prolongadas de los animales en el vehículo.
El estrés térmico es una respuesta adaptativa, que permite a los animales hacer frente a los desafíos ambientales, entre ellos los cambios de temperatura. Cuando se superan las condiciones óptimas, el cuerpo intenta adaptarse a la nueva situación ambiental. Sin embargo, a temperaturas ambientales más altas, los mecanismos de adaptación no logran eliminar el exceso de calor generado.
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El estrés por calor desencadena una serie de respuestas fisiológicas en los animales que comprometen su bienestar y productividad. Entre las principales consecuencias se encuentran:
Disminución del consumo de alimento y eficiencia alimenticia, pérdida de peso y condición corporal, deterioro del desempeño reproductivo, aumento del riesgo de enfermedades infecciosas y metabólicas, y en el caso de animales lecheros, reducción en la producción de leche y alteración de su composición (menor contenido de grasa y proteína, mayor recuento de células somáticas). En casos severos, puede llevar a la muerte del animal.
La susceptibilidad al estrés calórico en animales está influenciada por factores fenotípicos como la edad, el color del pelaje y la condición corporal. El Senasa advierte que individuos con mayor masa grasa y pelaje oscuro son más vulnerables. Se recomienda consultar a un médico veterinario para implementar medidas de manejo adecuadas. El bienestar animal es esencial para garantizar la salud y el rendimiento de los animales.
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Con información de: https://www.argentina.gob.ar/