El sector proyecta una expansión sostenida impulsada por la demanda mundial de proteína vegetal, aunque advierte sobre la necesidad de reducir costos y mejorar la competitividad para aprovechar el contexto favorable.
Las legumbres argentinas —porotos, arvejas, garbanzos y lentejas— generan exportaciones por unos US$500 millones anuales, y el sector se prepara para un salto productivo en los próximos diez años. En el 50° aniversario de la Cámara de Legumbres de la República Argentina (CLERA), su presidente Jorge Reynier señaló que el escenario global es “alentador”, con una creciente demanda de proteína vegetal y un comercio mundial que podría alcanzar 22 millones de toneladas hacia 2033, según proyecciones de la FAO y la OCDE.
Actualmente, la Argentina representa el 3,5% del mercado mundial de legumbres y cuenta con condiciones agroecológicas favorables en 12 provincias, con fuerte presencia en el NOA. Sin embargo, el consumo interno sigue siendo bajo, apenas 800 gramos por persona al año, frente a un promedio global superior a los 7 kilos. Reynier destacó que la ventaja competitiva nacional radica en la producción en contraestación, especialmente en garbanzos, arvejas y lentejas, que permiten aprovechar las ventanas comerciales de los grandes compradores internacionales.
La superficie sembrada total alcanzó 876.000 hectáreas, con una producción estimada de 1,1 millones de toneladas. Para consolidar el crecimiento, el sector plantea la necesidad de políticas estables, reducción del “costo argentino” y mejoras en infraestructura y genética. Los desafíos principales incluyen la inestabilidad de precios, los efectos del cambio climático, la competencia de otros cultivos y las barreras logísticas que limitan la expansión del negocio.
Fuente: La Nacion
 
				 
															



