En enero de 2025, el consumo de carne en Argentina registró su nivel más bajo en 30 años, mientras que las exportaciones crecieron un 11,8% en 2024. La diferencia entre el mercado interno y el externo marca un panorama complejo para el sector.
El mercado de la carne vacuna en Argentina atraviesa un escenario contrapuesto, ya que mientras las exportaciones alcanzaron un récord histórico durante 2024, el consumo interno se mantiene en el nivel más bajo de los últimos 30 años. Según un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), el consumo aparente de carne vacuna por habitante en enero fue de 47,0 kilos/año, un 3,2% menor al registrado en el mismo mes de 2024. Esto equivale a que los argentinos consumen 1,5 kilos menos de carne que un año atrás.
El promedio móvil de los últimos doce meses (febrero ’24-enero ’25) también reflejó una caída del 8,1% en el consumo aparente por habitante, situándose en 47,8 kilos/año, el registro más bajo de las últimas tres décadas. A pesar de la reducción en la producción de carne vacuna y el menor número de cabezas faenadas, el incremento en el peso promedio en gancho del animal permitió compensar parcialmente la oferta. Sin embargo, el consumo interno se redujo en casi 4 mil toneladas en los últimos doce meses.
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En contraste, las exportaciones de carne vacuna alcanzaron 629.949 toneladas peso producto (tn pp) en 2024, un 11,8% más que en 2023 y 2,2% por encima del máximo histórico de 2020. Los cortes congelados representaron el 82,3% de las exportaciones, mientras que los cortes frescos abarcaron el 17% y las carnes procesadas el 0,73%. A pesar de la disminución del precio promedio pagado por China (-9,6% anual), el crecimiento de las cantidades exportadas compensó esta baja, lo que resultó en un aumento del 8,6% en los ingresos totales en comparación con el año anterior.
El informe también destacó que el total facturado alcanzó los 2.829,4 millones de dólares, de los cuales 67,1% provino de exportaciones de cortes congelados y 32,5% de cortes enfriados. Este escenario de récord en exportaciones contrasta con un consumo interno debilitado, reflejando desafíos estructurales para el mercado cárnico argentino.