Según un informe del CEPA, las frutas aumentaron un 25,2% mientras que las hortalizas bajaron un 12,4%, lo que dejó un efecto neutro sobre la inflación general. Entre Ríos volvió a aparecer entre las provincias proveedoras afectadas por la estacionalidad del limón.
En octubre, los precios de frutas y verduras mostraron una evolución dispar en el Mercado Central. De acuerdo con el relevamiento del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el promedio de las frutas más comercializadas (banana, limón, manzana y naranja) registró una suba del 25,2%, con un impacto de 0,3 punto porcentual en la inflación general. Por el contrario, las hortalizas —como papa, cebolla, tomate y lechuga— mostraron una baja del 12,4%, neutralizando el efecto de las frutas en el índice de precios.
El tomate fue el único producto que cayó con fuerza (-36,1%), mientras que la cebolla y el zapallo subieron cerca del 30%. En términos interanuales, el conjunto de verduras mostró una baja promedio del 30,2%, con descensos marcados en la papa (-52,4%) y el zapallo (-30,7%). CEPA explicó que las variaciones responden a factores climáticos y de oferta, como el ingreso de cebollas de Santiago del Estero y de Brasil, que moderaron los aumentos.
Nota que te puede interesar: La fertilización estratégica mejora 16 % la producción de mijo perenne
En el caso de las frutas, el limón lideró las subas con un salto del 106%, seguido por la banana (+20,7%) y la naranja (+14,3%), mientras que la manzana bajó un 10,6%. El informe destacó que el aumento del limón se debió a la estacionalidad y a la menor oferta desde Entre Ríos y Corrientes, compensada parcialmente por envíos de Salta, Tucumán, Chile y Brasil.
En los supermercados, los precios se movieron con menor intensidad: el promedio de las seis hortalizas mostró una suba leve del 0,3%, con fuertes caídas en el tomate (-18%) y aumentos del 35% en la papa. La brecha entre los precios del Mercado Central y los supermercados llegó al 120%, ampliándose más de 28 puntos respecto del mes anterior, reflejando la volatilidad estacional que sigue caracterizando al rubro.




