Aunque el índice oficial muestra una desaceleración, el fuerte aumento de los servicios públicos y tarifas golpea el bolsillo familiar y resta recursos a la comida y la recreación.
Las medidas aplicadas por el Gobierno de Javier Milei desde diciembre de 2023 dispararon el costo de los servicios públicos, comunicaciones y transporte. Estos incrementos, que no se reflejan de manera directa en la canasta alimentaria ni en la canasta básica total, explican en parte por qué los hogares sienten que “la plata no alcanza”. Según el Observatorio de Tarifas y Subsidios de la UBA y el Conicet, entre diciembre de 2023 y agosto de 2025 las boletas en el AMBA subieron 578%, mientras que el índice general de precios lo hizo 158%.
El gas natural lidera las subas con un incremento del 1419%, seguido por el transporte (810%), el agua (367%) y la energía eléctrica (301%). Estos aumentos impactan de lleno en los ingresos de las familias: hoy los servicios representan en promedio el 12,6% del gasto mensual, aún tomando como referencia el salario medio. Para jubilados que perciben la mínima, el peso es todavía mayor: destinan más del 11% de sus haberes solo a pagar la luz, cuando en noviembre de 2023 esa proporción era de 4,2%, según datos de DEUCO.
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La situación generó tensiones dentro del propio INDEC. Marcos Lavagna, titular del organismo, admitió cambios en la ponderación de los precios tomando datos de consumo de 2018, pero reconoció que la publicación de los nuevos resultados quedó en suspenso “por la parte electoral”. En paralelo, las renuncias de Guillermo Manzano, director de Estadísticas de Condiciones de Vida, y Georgina Giglio, directora del IPC, alimentaron dudas sobre eventuales diferencias internas en torno a la medición de inflación y pobreza.
El malestar ciudadano se refleja en las encuestas: un sondeo de la consultora Zentrix reveló que casi siete de cada diez argentinos creen que el INDEC no refleja con precisión la variación real de su costo de vida. En medio de tarifas que se triplican y servicios que insumen una parte creciente de los ingresos, la pregunta de los hogares sigue siendo la misma: si la inflación baja, ¿por qué la plata no alcanza?