El Gobierno no puede argumentar que no fue avisado. Las alertas sobre la crítica situación de los números en la agricultura, particularmente en los planteos de trigo-soja en campos arrendados, ya fueron puestas sobre la mesa.
La demora en la toma de decisiones sobre los Derechos de Exportación (DEX), también conocidos como retenciones, está teniendo consecuencias graves para el sector agrícola. A la baja de precios internacionales, de la cual el Gobierno no tiene responsabilidad, se le suma la elevada presión impositiva local, que sí depende del Gobierno, con los DEX como bandera principal.
En las últimas semanas, los gobernadores de Santa Fe y Córdoba, Maximiliano Pullaro y Martín Llaryora, respectivamente, recibieron el reclamo de las Mesas de Enlace de sus provincias. En el caso de Entre Ríos, un estudio de la Bolsa de Cereales local también advirtió sobre la situación crítica de los números.
Una forma de desviar los reclamos de Pullaro y Llaryora es invocar las diferencias políticas, ya que uno es radical y el otro peronista. Sin embargo, ambos mandatarios han apoyado las políticas del gobierno de Javier Milei, posiblemente por instinto político. Otra excusa utilizada es que en estas provincias se hizo poco por reducir la presión impositiva local.
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Sin embargo, el núcleo del reclamo es claro: los DEX le quitan recursos al interior del país. Este tributo no es coparticipable y va directamente contra la facturación de los productores. Los casi 9000 millones de dólares que recauda el Estado nacional sin contraprestación deberían estar en manos de los productores, quienes podrían multiplicarlos en inversiones, generación de empleo y riqueza.
Tanto Milei como el ministro de Economía, Luis Caputo, han expresado en varias ocasiones su rechazo a este tributo, anunciando su eliminación una vez que se logre cerrar el déficit fiscal y que la economía crezca. Esto puede ocurrir este año, el próximo o el siguiente. Si bien el llamado a la paciencia puede ser comprensible debido a la situación económica endeble, en el sector agropecuario recuerdan que este argumento se repite desde hace más de 23 años, cuando el gobierno de emergencia de Eduardo Duhalde reinstauró los DEX sin oposición del gremialismo rural.
Los números de la campaña agrícola también son críticos, como lo demostró un estudio de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos. Según este informe, la rentabilidad en algunos cultivos es negativa:
- Soja de primera: -17%
- Soja de segunda: -9%
- Trigo: -9%
- Soja de segunda y trigo: -18%
- Maíz y trigo: -3%
Solo el maíz muestra rentabilidad positiva (8%).
El interrogante es qué consecuencias traerá la demora en eliminar las retenciones. ¿Habrá una caída en el área sembrada, quiebras, abandono de la actividad o el uso de paquetes tecnológicos defensivos? Las opciones son muchas, pero una cosa es segura: las consecuencias no serán neutras.
Fuente: Diario La Nación