Una enorme plataforma de hielo, del tamaño de las ciudades de Nueva York y de Roma, se derrumbó por completo en la Antártida Oriental.
Se trata de una zona que hasta ahora los científicos creían que era estable y no muy afectada por el cambio climático. El cambio sucedió rápido. A principios de marzo, la plataforma flotante alimentada por los glaciares Glenzer y Conger seguía intacta. A mediados de mes, se había derrumbado. Imágenes adquiridas por el instrumento Operational Land Imager (OLI) en Landsat 8, muestra la plataforma antes y después de que se desintegrara.
Los remanentes helados tanto del hielo de la plataforma glacial como del hielo marino adyacente se dispersaron de las aguas alrededor de la isla Bowman en cuestión de semanas. «Todo esto tomó menos de un mes», dijo Shuman.
La progresión del colapso es visible también en imágenes que se adquirieron con el espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) en los satélites Terra y Aqua de la NASA.
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Vigilando a un gigante de hielo
“Los científicos nunca hemos visto que esto suceda en esta parte del continente, lo que lo hace realmente muy preocupante de cara al futuro y al avance del cambio climático en este gélida zona del mundo”, confesó la científica especializada en hielo, Catherine Walker, del Instituto Oceanográfico Woods Hole, Estados Unidos.
El sorpresivo y preocupante desprendimiento tuvo lugar tras la histórica ola de calor que se registró la semana pasada cuando las temperaturas se dispararon más de 40º por encima de lo normal en algunas zonas de la habitualmente muy fría Antártida oriental.
De acuerdo con los especialistas, esas temperaturas récord fueron el resultado de un río atmosférico que atrapó el calor sobre el continente.
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Antártida: adiós a un antiguo e inmenso bloque de hielo
Las fotografías obtenidas por satélites de la NASA muestran que el área se ha estado reduciendo rápidamente en los últimos dos años, por lo que la gran duda de los científicos es saber si han sobreestimado la estabilidad y la resistencia de la Antártida Oriental al calentamiento global que ha estado derritiendo rápidamente el hielo en el lado occidental más pequeño y vulnerable del Continente Blanco.
Para los expertos el principal problema no es la cantidad de hielo que se ha perdido con la desaparición de este enorme bloque de hielo antártico, sino el lugar dónde se ha producido.
“Presumiblemente, la plataforma de hielo de Glenzer Conger ha estado allí durante miles de años y ya nunca más volverá a estar allí. El problema no es la cantidad de hielo perdido en este colapso, que es insignificante. Es más sobre el lugar donde sucedió”, comentó, por su parte, Peter Neff, científico de hielo de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos.
“Lo que más nos preocupa es que las suposiciones anteriores sobre la estabilidad de la Antártida Oriental no sean correctas. Y eso es importante porque si el agua congelada en la Antártida oriental se derritiera, y ése es un proceso de milenios, si no más, elevaría los mares en todo el mundo más de 50 metros, por lo que los científicos tenemos que dedicarle mucho más tiempo a observar esta parte del Continente Blanco”, concluyó el especialista.