Las plagas durante las estación más calurosa y húmeda suelen aparecer para hacer desastres en campos, chacras, hasta en huertas urbanas. En esta nota te mencionamos las principales y como combatirlas.
Llega la temporada de clima cálido y húmedo, la primavera, que es una época ideal para el desarrollo de los cultivos, pero también favorece la proliferación de diversas plagas que pueden causar daños significativos. En Argentina, los productores agrícolas enfrentan una variedad de desafíos en esta estación, y es fundamental conocer las principales plagas para poder implementar estrategias de control efectivas.
Factores que favorecen el desarrollo de plagas en primavera:
- Condiciones climáticas: Las altas temperaturas y la humedad relativa elevada crean un ambiente propicio para el desarrollo de insectos, hongos y otros patógenos.
- Desarrollo de los cultivos: A medida que los cultivos crecen, ofrecen alimento y refugio a las plagas.
- Migración de plagas: Algunas plagas migran hacia los cultivos en busca de alimento y condiciones favorables para su reproducción.
Principales plagas de primavera en Argentina:
Insectos:
- Pulgones: Se alimentan de la savia de las plantas, debilitándolas y transmitiendo virus.
- Trips: Causan manchas en hojas y flores, deformidades y transmisión de virus
- Mosca blanca: Chupan la savia y producen melaza, favoreciendo el desarrollo de hongos.
- Gusanos cortadores: Cortan las plántulas al nivel del suelo
- Escarabajos: Se alimentan de hojas, flores y frutos
- Nemátodos: Son gusanos microscópicos que dañan las raíces, afectando el crecimiento de la planta.
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Hongos:
- Oídio: Produce un polvo blanco en hojas y tallos, afectando la fotosíntesis
- Roya: Causa pústulas de color naranja o marrón en hojas y tallos.
- Mildiu: Provoca manchas aceitosas en las hojas y puede causar la caída prematura de las mismas.
Estrategias de control:
- Monitoreo constante: Realizar inspecciones regulares de los cultivos para detectar las primeras señales de infestación.
- Control cultural: Rotación de cultivos, eliminación de residuos de cosecha, siembra en fechas adecuadas y el uso de variedades resistentes.
- Control biológico: Utilización de enemigos naturales de las plagas, como insectos benéficos y microorganismos.
- Control químico: Aplicación de insecticidas, fungicidas y nematicidas específicos, siempre respetando las dosis y las recomendaciones del fabricante.
Importancia de la prevención:
La prevención es fundamental para evitar grandes pérdidas en los cultivos. Adoptar prácticas agrícolas sostenibles y realizar un manejo integrado de plagas (MIP) son clave para mantener los cultivos saludables y productivos.
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