Los agricultores y los técnicos agrícolas utilizan una amplia gama de datos meteorológicos para tomar decisiones informadas en cada etapa del ciclo de cultivo. ¿Qué técnicas y modalidades se emplean en las regiones agrícolas?
La variabilidad climática es un factor crucial que impacta significativamente al cinturón agrícola de Argentina, una de las regiones productivas más importantes a nivel mundial. Esta variabilidad se manifiesta en patrones de temperatura y precipitaciones erráticos, así como en la creciente frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, por eso es de suma importancia conocer con detalles el comportamiento del tiempo y los regímenes climáticos de cada región, por lo que la agrometeorología es imprescindible.
La agrometeorología es un campo fascinante que combina la meteorología y la agronomía para estudiar cómo las condiciones climáticas influyen en la agricultura. Es crucial para optimizar la producción de cultivos, la gestión de recursos y la planificación agrícola a largo plazo, especialmente en el contexto del cambio climático.
Lo cierto es que en toda planificación y ejecución de la actividad agrícola se utilizan datos meteorológicos históricos y en tiempo real, incluyendo temperatura, precipitación, humedad, viento, radiación solar y evapotranspiración. Se combinan estos datos con información fenológica de los cultivos (etapas de desarrollo), datos de suelo y prácticas de manejo agrícola, lo que resulta muy valioso y de suma importancia para el éxito en la producción.
Aquí te presentamos algunos aspectos clave de la agrometeorología:
¿Qué es la agrometeorología?
- Es el estudio de la interacción entre los factores meteorológicos e hidrológicos y la agricultura en sentido amplio, incluyendo la producción de cultivos, la horticultura, la ganadería y la silvicultura.
- Busca comprender cómo el tiempo y el clima afectan el crecimiento, el desarrollo, el rendimiento y la calidad de los cultivos y la producción animal.
- Es una ciencia interdisciplinaria que conecta la física (atmósfera), la biología (plantas y animales) y las ciencias de la tierra (suelo e hidrología).
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Aplicaciones de la agrometeorología:
- Planificación de siembra y cosecha: Determinar las fechas óptimas basadas en las condiciones climáticas típicas y las previsiones estacionales.
- Gestión del riego: Optimizar el uso del agua según las necesidades de los cultivos y las condiciones de humedad del suelo, influenciadas por la lluvia y la evapotranspiración.
- Fertilización: Ajustar la aplicación de nutrientes según las condiciones climáticas que afectan la absorción por las plantas.
- Control de plagas y enfermedades: Predecir y prevenir brotes basados en las condiciones meteorológicas que favorecen su desarrollo y propagación.
- Protección contra eventos climáticos extremos: Desarrollar estrategias para mitigar los daños causados por heladas, sequías, inundaciones, granizo y olas de calor.
- Evaluación del rendimiento de los cultivos: Utilizar datos meteorológicos para modelar y predecir la producción agrícola.
- Selección de cultivos y variedades: Identificar las especies y variedades más adecuadas para las condiciones climáticas de una región.
- Planificación del uso de la tierra: Evaluar la aptitud de diferentes áreas para la agricultura en función de su clima.
- Agricultura de precisión: Utilizar datos meteorológicos localizados para optimizar las prácticas agrícolas a nivel de parcela.
- Adaptación al cambio climático: Desarrollar estrategias para que la agricultura sea más resiliente a las nuevas condiciones climáticas.
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Influencia de los factores del tiempo en el agro
Temperatura: Afecta la germinación de las semillas, el crecimiento vegetativo, la floración, la fructificación y la maduración de los cultivos. Las temperaturas extremas (heladas, olas de calor) pueden causar daños severos o incluso la pérdida total de la cosecha.
Precipitación: Es esencial para el crecimiento de las plantas. La cantidad, la distribución y la intensidad de la lluvia influyen en la disponibilidad de agua en el suelo, la necesidad de riego y el riesgo de enfermedades fúngicas.
Humedad: La humedad relativa del aire afecta la transpiración de las plantas y el desarrollo de ciertas enfermedades. La humedad del suelo es crucial para la absorción de nutrientes.
Radiación solar: Es la fuente de energía para la fotosíntesis, el proceso fundamental para el crecimiento de las plantas. La cantidad y la calidad de la luz solar influyen en el rendimiento y la calidad de los cultivos.
Viento: Afecta la transpiración, la polinización (en algunos cultivos), la dispersión de plagas y enfermedades, y puede causar daños físicos a las plantas (rotura de tallos, caída de frutos). También influye en la eficiencia de las aplicaciones de pesticidas y fertilizantes.
Eventos extremos: La predicción y el monitoreo de eventos como heladas, sequías, inundaciones, granizo y tormentas permiten a los agricultores tomar medidas preventivas o de mitigación para reducir las pérdidas.
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La utilización de dispositivos
Para llevar a cabo las diferentes tareas, se emplean modelos agrometeorológicos para simular el crecimiento de los cultivos, predecir rendimientos y evaluar el impacto de diferentes escenarios climáticos y de manejo. Las tecnologías de teledetección (satélites y drones) y los sistemas de información geográfica (SIG) son cada vez más importantes para obtener información espacialmente distribuida sobre las condiciones de los cultivos y el clima.
En el contexto actual del cambio climático, la agrometeorología se vuelve aún más crucial. Los cambios en los patrones de temperatura y precipitación, así como el aumento de la frecuencia e intensidad de los eventos climáticos extremos, tienen un impacto significativo en la producción agrícola mundial. La agrometeorología proporciona las herramientas y el conocimiento necesarios para:
- Comprender y cuantificar los impactos del cambio climático en la agricultura.
- Desarrollar estrategias de adaptación para mantener la productividad y la seguridad alimentaria.
- Implementar prácticas agrícolas más sostenibles y eficientes en el uso de los recursos.
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En Córdoba y el país, donde se encuentran los principales corredores agropecuarios de Argentina, con su importante sector agrícola, la agrometeorología juega un papel fundamental para optimizar la producción de cultivos como la soja, el maíz y el trigo, así como para la gestión de la ganadería, especialmente en un clima con variabilidad estacional y riesgo de eventos como sequías e inundaciones. Las instituciones de investigación y las empresas agrícolas de la región seguramente utilizan principios y herramientas agrometeorológicas para mejorar sus prácticas y enfrentar los desafíos del clima.