Cómo reciclar este residuo que está presente en casi todos los hogares, lugares de trabajo, universidades y demás. Basta solo con tener un recipiente para compostar. Los detalles.
El mate es la infusión preferida por todos los argentinos, muy por encima del té y compitiendo mano a mano con el café. Según el Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM), se consumen en promedio 100 litros anuales per cápita.
Dado que millones de habitantes la consumen todos los días, se generan residuos que podrían ser reutilizados. Al igual que muchos alimentos, la yerba sirve como “ingrediente” para el compost, un abono natural rico en nutrientes, 100% orgánico con grandes beneficios para las plantas.
Particularmente, la yerba mate resulta un buen alimento para las lombrices (en caso de tener un lombricompostaje) además de que con sus vitaminas y minerales enriquece la tierra.
La clave es separar la yerba, dejarla secar al sol ya que si está muy húmeda puede aportar exceso de agua al compost, lo cuál es perjudicial para el proceso.
Un caso llamativo, es el de Uruguay, el país latinoamericano que lidera el consumo de yerba mate. Aseguran que el 85% de los habitantes toma mate por lo menos una vez a la semana y consumen anualmente 10 kilos por persona.
En este marco, de acuerdo a una investigación realizada por el LATU, el peso de la yerba, al humedecerse, se triplica, por lo que se calcula que sólo en Montevideo se desechan 125 toneladas de yerba usada.
Entonces, ¿no es conveniente reutilizarla? de esta forma se genera un impacto positivo en el ambiente obteniendo tierra de excelente calidad para producir alimentos saludables.
Cabe destacar que arrojar la yerba después de terminar la ronda de mates a la tierra, no es beneficioso para las plantas. Primero se debe colocar en un recipiente, dejarla reposar hasta que se seque, y luego volcarlo sobre el compost.
Una vez finalizado el proceso, se obtendrá la tierra lista para colocar en macetas, huertas, jardín o cualquier espacio verde.
“La yerba no es abono, no puede ser abono porque es una materia orgánica que aún no entró en descomposición. Recién cuando termina ese proceso y se convierte de nuevo en lo que se llama compost, recién ahí es utilizable para la planta” concluyó Irma Brítez, Ingeniera Forestal.