Un grupo de investigadores mexicanos ha desarrollado una membrana a base de bagazo de agave que es capaz de retirar elementos contaminantes dañinos en el agua.
Toneladas de bagazo de agave al año y frente a esto, el instituto realizó un estudio para obtener carbón activado a partir de los residuos de estas plantas, el cual puede ser empleado en la potabilización de agua.
El bagazo de agave es sometido a procesos químicos para eliminar componentes como ligninas, hemicelulosa y extractivos, a fin de aprovechar la celulosa. Este proceso da como resultado una membrana de cinco centímetros de diámetro y 0.3 milímetros de grosor, menciona la académica del CUTonalá, doctora Belkis Coromoto Sulbarán Rangel, quien encabeza el proyecto.
El objetivo final es que las membranas se coloquen en los grifos de agua y que la presión sea suficiente para purificarla. Cada fibra sería anclada a un dispositivo que pueda enroscarse en el grifo. La idea surgió ante la inquietud de dar un uso al bagazo de agave, un residuo que las tequileras producen en grandes cantidades.
La fibra resultante tiene mejores propiedades para la absorción de contaminantes como el hierro,cromo, cadmio y escherichia coli (E.Coli); éste último son restos fecales que se encuentran en el agua y al entrar en contacto con el sistema digestivo, puede generar cólicos, diarrea con sangre, vómitos e incluso el síndrome urémico hemolítico, que es un tipo de insuficiencia renal.
Los científicos calcularon que la producción de mezcal a nivel nacional desecha más de 17 mil toneladas de bagazo en base seca al año. Si se aprovecharan estos residuos pueden obtenerse más de ocho mil toneladas de carbón activado.
Esto es importante, ya que si se quemaran estas ocho mil toneladas, se estarían arrojando al medio ambiente más de 28 mil toneladas de dióxido de carbono (CO2), esto es dañino porque este gas contribuye en gran medida al efecto invernadero” declaró el investigador José René Rangel Méndez.
Del agave a un purificador de agua
La obtención de un producto con valor agregado a partir del bagazo de agave, residuo que contiene cerca de un 45% de carbono. Esto contribuye a disminuir la contaminación del medio ambiente a causa del CO2 en específico del agua. En lugar de quemarlo y convertirlo en gas contaminante, creamos el carbón activado que ayuda a mitigar el cambio climático.
La investigación se hizo con un fondo mixto de Fomento a la Investigación Científica y Tecnológica, el CONACYT y el Estado de San Luis Potosí (FOMIX CONACYT – SLP) y los investigadores encontraron que podría ser un negocio redituable:
Demostramos que el carbón activado puede comercializarse a través de bonos de carbono, es decir incentivos económicos entregados a empresas que reducen emisiones de gases de efecto invernadero en la lucha contra el cambio climático, estos bonos podrían redituar aproximadamente 15 dólares americanos por tonelada métrica de CO2, dependiendo el país.