El rey del huerto, el rey de las ensaladas, tremendamente saludable y uno de los cultivos más complicados a los que nos podemos enfrentar en el huerto urbano.
El tomate es uno de los frutos que no puede faltar en un buen plan de alimentación, ya que contiene vitaminas y minerales esenciales para el organismo; pero, ¿sabías que cultivar tomate en casa es una de las opciones más ecológicas y saludables para comerlo?
Además de realzar el sabor de muchos platos, es fácil de plantar sin necesidad de utilizar pesticidas o químicos añadidos para su crecimiento. De hecho, los métodos caseros son 100 % orgánicos y garantizan un alimento muy gustoso.
Si quieres aprender a cultivarlos, te compartimos algunos puntos clave para conseguirlo.
Cultivar tomates en casa puede desesperar a iniciados y expertos en el mundo agrícola, pero la recompensa de sus frutos hace que valga la pena todo el esfuerzo. A continuación te presentamos una guía detallada desde la siembra a los tratamientos a enfermedades más comunes, pasando por trucos e ideas que hemos ido aprendiendo a lo largo de los años. Y además, te presentamos la guía paso a paso en pdf sobre cómo cultivar tomates en casa.
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1. Qué variedad de tomate escoger:
La primera elección que debemos realizar cuando decidimos plantar tomates es qué variedad queremos cultivar. Ello dependerá de nuestros gustos principalmente, pero hay varios factores que pueden influir en el éxito o fracaso de nuestra cosecha en este punto.
Elegir variedades resistentes a enfermedades o plagas
Por norma general, las variedades más resistentes a las plagas y enfermedades que puedes sufrir son aquellas tradicionales de la zona, que ya llevan muchas generaciones adaptadas a esa climatología y a las posibles plagas que se puedan encontrar. Pregunta a los agricultores de la zona. También hay variedades con mayor resistencia a cierto tipo de enfermedades, como el tomate marmande RAF, que es resistente al fusarium.
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2. Cómo sembrar tomates
Para cultivar tomates en casa con éxito es importante hacer la siembra cuando toca. La siembra del tomate se puede realizar a partir de Enero (Hemisferio Norte), algunas variedades, como el marmande, a partir de Diciembre. Siempre que realicemos la siembra en meses de invierno deberemos realizarla protegida, es decir, con un invernadero y en interior de casa, lo mejor es optar por un semillero calefactado, que mantendrá la temperatura óptima de germinación durante todo el proceso.
A partir de Marzo ya podremos realizar la siembra en semillero desprotegido, aunque siempre es conveniente usar un invernadero para conservar la humedad y proteger el semillero de posibles bajadas de temperatura.
Las semillas germinarán en 7-10 días.
3. El trasplante
Suele darse a los dos meses de la siembra, que es cuando los tomates ya han desarrollado 4 hojas verdaderas.
Cuando realicemos el trasplante debemos tener en cuenta ciertos aspectos importantes:
- Añade compost: La planta necesitará un extra de nutrientes desde el primer momento, esto lo tendrás cubierto con una buena aplicación en el suelo de compost.
- Cuida las heladas: Al ser un cultivo tan temprano puede verse sorprendido por una fuerte bajada de temperaturas, típica de la primavera. Ten preparados mini invernaderos por si acaso.
- Entierra el tallo: Para favorecer el desarrollo de las raíces (a más raíces, más fuerte la planta) puedes enterrar el tallo hasta las primeras hojas, la parte enterrada empezará a generarlas en poco tiempo.
- Separación entre cultivos: Depende mucho de la variedad, pero por norma general necesitan unos 40 cm de separación entre plantas.
- Volumen de sustrato: También depende de la variedad, pero generalmente el tomate necesita unos 16-20 litros de sustrato si es que quieres cultivarlos en maceta.
- Entutora: No esperes a que la planta crezca, es mejor entutorar desde el principio. Al ser una planta de gran porte, puede doblarse con el viento. Además, su elevada sensibilidad a la humedad ambiental hace necesario el entutorado para garantizar una buena ventilación entre las hojas y frutos.
4. Cuidados del tomate
- Riego: Prefiere un riego profundo, que llegue hasta las capas más bajas del suelo, y espaciado.
- Luz: Es exigente en luz, requiere un mínimo de 6 horas de sol, aunque su máxima productividad se da cuando recibe 8-10 horas de luz.
- Nutrientes: Es un cultivo exigente en nutrientes, la mejor opción es aportar de manera continuada materia orgánica, que le aportará una dosis equilibrada de nutrientes durante todo su ciclo de vida. Durante la floración es recomendable darle un empujón con un fertilizante rico en fósforo y calcio, como el guanoforte.
- La poda del tomate: En variedades indeterminadas, es imprescindible la retirada de chupones, que no son más que las ramitas que empiezan a crecer entre el tallo y las ramas secundarias del tomate, en un ángulo de 45º. Estas ramitas se convertirían (si no las quitas) en ramas productivas que darían frutos, se que esto suena bien, pero restan mucha energía al tallo principal y te saldrían frutos mucho más pequeños y con menos sabor. Así que deja es mejor tener uno con mucha energía, que de tomates jugososos y grandes. Consejo: Deja el primer chupón que aparezca en la base, de este modo, tendrás dos tallos productivos de tomate, por si alguna de las dos se rompe o sufre un ataque de alguna plaga o enfermedad. Deberás entutorarlo igual que la rama principal.
5. Plagas y enfermedades del tomate
Plantar tomates es muy gratificante, pero hay veces que nuestra imagen idílica de un huerto lleno de tomates grandes y jugosos, de esos que saben como los del pueblo, se ve truncada por una plaga o enfermedad. No se lo tengas en cuenta, sí, es un cultivo delicado, pero cuando las cosas van bien es de los más agradecidos. Te dejo toda una serie de problemas, los más habituales, con los que seguro tarde o temprano te vas a encontrar. Si haces clic en el enlace te lleva a artículos para aprender a diagnosticar el problema y su remedio (ecológico, por supuesto)
Las plagas más comunes del tomate son:
Pulgón:
Se alimenta de la savia de las plantas, causando deformidades en los frutos, tallos y hojas. Como resultado de su alimentación excretan una sustancia azucarosa llamada melaza, la cual nos puede causar varios problemas:
- Aparición de hormigas: se llevan muy bien con los pulgones, debido a que las hormigas ofrecen protección a los pulgones frente a sus depredadores naturales a cambio de melaza. Con el apoyo incondicional de las hormigas la plaga de pulgones irá a más.
- Negrilla: es un hongo que forma una capa negra sobre las hojas y tallos de las plantas restándoles vigor.
Tratamiento: Jabón potásico y aceite de neem
Araña roja:
Además de observar muchos puntitos rojos en el envés de las hojas. Los síntomas más comunes son:
- Aparición de manchas amarillas en las hojas. En algunas ocasiones la hoja también puede verse deformada y abombada.
- Caída masiva de hojas, especialmente en verano que es cuando esta plaga tiene su mayor etapa de actividad.
- Manchas grisáceas en los frutos.
La araña roja aparece en ambientes muy secos, así que lo mejor para prevenirla es mantener una humedad del ambiente adecuada. Evita también fertilizantes ricos en nitrógeno.
Tratamiento: Jabón potásico y aceite de neem
Orugas del tomate (eliothis y tuta absoluta):
Es una oruga que se alimenta de los frutos y de las flores del tomate. El mejor tratamiento es el bacillus thuringiensis, que ataca de forma específica las orugas de una forma completamente ecológica. En este post tienes todo lo necesario para aprender a tratarlas.
Enfermedades comunes del tomate
Oídio:
Entre sus síntomas se encuentran unas manchas amarillas en el haz que empiezan a necrosar por el centro, observándose un polvillo blanquecino por el envés. Se suele dar por una elevada humedad y poca aireación, con lo que se puede prevenir manteniendo la separación de cultivos necesaria y no mojando las hojas.
Tratamiento: Fungicidas orgánicos como el propóleo, la harina de ortiga o la cola de caballo.
Mildiu:
Manchas irregulares de aspecto aceitoso que acaban en necrosis. Su tratamiento y prevención es el mismo que con el oídio.