La Navidad en el campo argentino es una celebración que combina las tradiciones criollas con las costumbres heredadas de la inmigración, siempre adaptadas al intenso calor del verano austral. A diferencia de la ciudad, en el ámbito rural el ritual del fuego y la extensión de la sobremesa cobran un protagonismo especial.
Vivir la Navidad en las zonas rurales de Argentina es una experiencia que se aleja del bullicio comercial de las ciudades para centrarse en los rituales de la tierra, el fuego y la familia. Al coincidir con el inicio del verano, el paisaje campero está en su máximo esplendor: días larguísimos, noches estrelladas y el sonido constante de las chicharras.
Aquí tienes los platos más representativos de esta festividad en el entorno campero:
Los Protagonistas de la parrilla y el horno
En el campo, el fuego se enciende temprano. Es común que la cena sea al aire libre, bajo una arboleda o en una galería fresca.
- Lechón al asador o al horno de barro: Es el rey indiscutido de la mesa rural. Se suele cocinar entero y se sirve frío o a temperatura ambiente, lo que permite que el «cuero» quede crocante.
- Cordero o Costillar a la cruz: En zonas como la Patagonia o la Pampa húmeda, es tradicional ver el costillar o el cordero abierto en cruz, cocinándose lentamente con leña de espinillo o quebracho.
- Matambre arrollado: Un clásico que se prepara con antelación. Se rellena con huevo duro, zanahoria, morrón y arvejas, se hierve y se sirve cortado en rodajas finas como entrada fría.

Entradas y acompañamientos frescos
Para contrarrestar las carnes pesadas y el calor de diciembre, se opta por guarniciones frescas:
- Vitel Toné: Aunque es de origen italiano, se ha vuelto un «imprescindible» criollo. Son láminas de peceto de ternera cubiertas con una salsa de atún, anchoas, crema y alcaparras.
- Ensalada Rusa: La combinación de papa, zanahoria, arvejas y abundante mayonesa es el acompañamiento estándar para el lechón frío.
- Lengua a la vinagreta: Un plato típico de campo donde se aprovechan todos los cortes. La lengua se cocina hasta estar tierna y se marina en aceite, vinagre, ajo y perejil.
- Tomates y huevos rellenos: Preparaciones simples con atún, arroz o paté que sirven como picada inicial.
El postre y la «mesa dulce»
El final de la cena suele estar marcado por frutas de estación y dulces tradicionales:
- Ensalada de frutas con helado: Es el postre más común debido a las altas temperaturas. Se prepara con duraznos, bananas, manzanas, ciruelas y jugo de naranja.
- Postre Vigilante: Un clásico campero que consiste en una rodaja de queso fresco acompañada de una de dulce de membrillo o de batata.
- Pan Dulce y Budines: Aunque son de herencia europea y calóricos, no faltan en el brindis, acompañados de garrapiñadas, mantecol (postre de maní) y turrones.

El ritual del 25
Una costumbre muy arraigada en el campo es el «recalentado» o las sobras del día anterior. El almuerzo del 25 de diciembre suele ser más relajado:
- Se comen las sobras de asado o lechón frías.
- Se acompaña con mate amargo desde temprano.
- Suele haber guitarreadas y sobremesas que duran hasta el atardecer.




