Existen una amplia variedad de formas de evitar que los embutidos se echen a perder, y en este caso la temperatura ambiente juega un papel fundamental sobre los alimentos a base de carne.
Para que los embutidos se conserven en perfecto estado durante el mayor tiempo posible una vez comprados, es importante seguir un procedimiento adecuado, no solo en temporada de verano, si no también durante los meses de más frío, cuando las temperaturas pueden contribuir para acelerar el deterioro de los alimentos.
Sería una lástima y a la vez peligroso para la salud que la calidad y sabor del producto se viesen afectados por un tratamiento inapropiado en casa, lo ideal es acudir a formas correctas de conservación, lo que aumentará enormemente las posibilidades de mantener el suministro de alimentos durante el mayor tiempo posible en optimas condiciones para su consumo.
Antes de introducirnos en el tema, hay que saber que tanto los productos cocidos como los curados necesitan una conservación específica, que en muchos casos implica guardarlos en lugares frescos de nuestra casa, y la principal aliada es la heladera o frezzer, sobre todo en días cálidos y húmedos.
La conservación de los embutidos es algo que debemos tener en cuenta si queremos disfrutar de todo el sabor y la mejor textura en los productos adquiridos, además, hay que prestarle mucha atención en determinadas épocas del año, cuando el atenuante es el «calor» en la temporada de verano. Es por este motivo que para mantener en buen estado nuestros embutidos, es necesario aprender a conservarlos, ya sea en piezas cerradas, fetas, trozos.
En ocasiones, el saber conservar la comida puede marcar la diferencia a la hora de cuidar nuestras salud y facilidad de llevar una dieta más sana y equilibrada, ya que una incorrecta conservación puede derivar a la contaminación de nuestros alimentos con patógenos muy peligrosos.
Principales embutidos y sus características:
La conservación correcta de los embutidos:
– Dejar el embutido colgado, sin que las piezas se toquen, así se impedirá que suden.
– En un lugar fresco, entre 15 y 20ºC, donde no haya cambios muy bruscos de temperatura para que los productos no suden.
– Este lugar debe estar seco, bien ventilado y que sea lo más oscuro posible, evitando en todo momento que la luz solar o el calor incida sobre las piezas de manera directa. Una despensa, una bodega, una alacena, una fresquera son lugares recomendables.
En el caso de que el embutido ya esté empezado, se debe colocar la parte del corte mirando al suelo y bien tapado para que no se encuentre en contacto con el aire. Lo recomendable es untar la zona de corte con un poco de aceite de oliva para que el embutido no se ponga rancio, y lo ideal es cubrirlo con un poco de papel de film transparente.
También se pueden utilizar recipientes plásticos individuales para colocar los distintos fiambres o quesos, para evitar que estos se contagien de aromas o sabores de otros alimentos almacenados en la heladera.
Como última recomendación, si bien no se recomienda guardar los embutidos curados en la heladera, porqué se ponen duros, se puede conseguir que los embutidos se ablanden después de haber estado refrigerados, colocando sobre ellos un paño de algodón mojado en agua y bien escurrido.
Con información de: https://dehesabarondeley.com/