El sector agroindustrial argentino tiene un enorme potencial, pero para alcanzarlo es crucial contar con financiamiento estable y mejorar las condiciones macroeconómicas que generen confianza en los inversores.
En el marco de la primera edición de Agro Management, expertos y empresarios del sector agropecuario se reunieron en Buenos Aires para analizar el futuro de la agricultura. Más de 300 representantes del ámbito agroindustrial discutieron sobre los principales desafíos que enfrenta el país para alcanzar una producción de cerca de 200 millones de toneladas. El consenso fue claro: para aprovechar el potencial agrícola de Argentina, se requiere financiamiento estable y un entorno macroeconómico que inspire confianza en los inversores.
A pesar del creciente interés de los inversores y la demanda mundial de alimentos, los expertos coincidieron en que existen barreras que dificultan canalizar los capitales hacia el agro argentino. Según Ricardo González, de Rabobank, Argentina sigue siendo un actor clave en el mercado de agroalimentos, con más de USD 1.600 millones invertidos en el país. Los sectores más atractivos para los inversores incluyen la compra y venta de campos, la exportación de especialidades como el maíz pisingallo y las legumbres, y la modernización de tambos.
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Durante el evento, se discutió sobre los sectores del agro que están atrayendo más inversiones, como la producción porcina y el riego, con un énfasis en la infraestructura para mejorar la productividad. Solo el 5% de la superficie agrícola en Argentina está irrigada, lo que representa una oportunidad de crecimiento. Los expertos coincidieron en que, para lograr una mayor inversión, es necesario superar la brecha entre los fondos disponibles y los proyectos agrícolas.
Por otro lado, Nicolás Salas, de Quadrifolium LLC, propuso que Argentina debería aprender de países como Perú y Chile, que han logrado un gran crecimiento en exportaciones agroindustriales. Argentina tiene la ventaja de contar con tierras a bajo costo y un clima similar al de Chile, lo que podría permitirle replicar los éxitos de países vecinos en sectores como los frutos secos, los cítricos y las cerezas, si se implementa una estrategia adecuada.