La medida apunta a incentivar futuras campañas agrícolas, pero en 2025 casi no afectará la recaudación: la mayor parte de la cosecha ya fue liquidada. El efecto fiscal se notará recién en 2026.
El presidente Javier Milei anunció una reducción generalizada y permanente de las retenciones a las exportaciones agropecuarias, en un gesto que busca posicionarse como un fuerte respaldo al campo. Pero el efecto fiscal será casi nulo este año, ya que la liquidación de la cosecha gruesa se concretó antes del anuncio.
Las nuevas alícuotas, que ya rigen desde el sábado, implican bajas en soja (de 33% a 26%), subproductos de soja (de 31% a 24,5%), y reducciones también en maíz, sorgo, girasol, carne bovina y aviar, entre otros productos. El Gobierno remarcó que estas rebajas no serán transitorias, sino que se mantendrán durante toda la gestión.
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Analistas advierten que el alivio impositivo no se reflejará en las cuentas públicas de 2025, ya que los ingresos por retenciones más significativos ya fueron percibidos. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, el primer semestre dejó ingresos por USD 3.300 millones en concepto de derechos de exportación agropecuarios, de los cuales USD 2.500 millones fueron por la soja.
De cara a 2026, el Gobierno apuesta a que el incentivo impulse una mayor inversión y producción en el agro, lo que podría traducirse en más recaudación por otros tributos, como el impuesto a las ganancias. “Por cada 100 que bajan de retenciones, suben 35 de ganancias”, explicó el economista Sebastián Cao, quien destacó que el impacto podría ser mayor si se acompaña con políticas adecuadas.