Algunas veces durante el proceso del compostaje las cosas no van como debieran: puede aparecer el mal olor, moho, parece que nunca llega a descomponerse… ¿Tiene solución?
El humus de compostaje, también conocido como humus de lombriz, es un abono orgánico de alta calidad que se obtiene a través de la acción de las lombrices rojas californianas sobre materia orgánica en descomposición.
A veces, en su elaboración pueden suceder algunos contratiempos, pero no te preocupes, los problemas que surjan los podemos solucionar y además prevenir para conseguir un compost de buena calidad para aportar materia orgánica a la tierra y ésta nutra las plantas de nuestra huerta ecológica.
¿Por qué es tan beneficioso el humus para las plantas?
- Nutrientes esenciales: El humus de lombriz es una fuente rica en nutrientes como nitrógeno, fósforo, potasio y micronutrientes, todos ellos esenciales para el crecimiento saludable de las plantas.
- Mejora la estructura del suelo: Al incorporar el humus de lombriz al suelo, se mejora su estructura, haciéndolo más esponjoso y aireado. Esto facilita la penetración de las raíces, el drenaje del agua y la aireación del suelo.
- Aumenta la capacidad de retención de agua: El humus de lombriz actúa como una esponja, reteniendo la humedad del suelo y liberándola gradualmente a las plantas.
- Estimula la vida microbiana: El humus de lombriz contiene una gran cantidad de microorganismos benéficos que ayudan a descomponer la materia orgánica y a mejorar la salud del suelo.
- Protege contra enfermedades: Los microorganismos presentes en el humus de lombriz pueden ayudar a proteger las plantas de enfermedades y plagas.
- Es totalmente orgánico: Al ser un producto natural, no contamina el medio ambiente ni deja residuos tóxicos en el suelo.
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Estos son algunos de los problemas más comunes al hacer compost y sus soluciones:
- Aparición de “baba”: es causada por el aporte excesivo de materia verde (restos de la cocina, césped, etc), falta de materia seca (hojas, ramas, papel, cartón, virutas de madera, paja, etc) o exceso de agua. Necesitas equilibrarlo simplemente añadiendo más materia seca.
- Presencia de moho: el moho también participa en la descomposición para la creación de compost.
- Están creciendo cosas en mi compost: si algunas semillas son capaces de germinar en el compost significa que la temperatura es más baja de la que debería ser. Es precisamente la actividad de los microorganismos, lombrices, etc. la que hace que aumente la temperatura, por lo que, si la temperatura no es alta es que no está creándose el compost. En general, la temperatura máxima óptima es de unos 60º. El volteo puede ayudar a que aumente la temperatura, éste hace que aumente la temperatura. Con realizarlo una vez por semana podría ser suficiente.
- Surgen olores: el compost debe oler a tierra húmeda, si tiene olor a podrido o desagradable significa que hay demasiadas bacterias anaeróbicas. Así como descomponen los materiales, producen malos olores, y si hay demasiadas pueden producir muy mal olor. ¿Cómo solucionarlo? Añade más materia seca y si ves que está muy compactado es que necesitas voltearlo y más aire, permite que esté más aireado para evitar el olor.
- ¡Tarda mucho!: Si en nuestro compost hay presencia de lombrices, en unos dos meses ya podemos obtener vermicompost. Si está tardando demasiado en descomponerse es porque no hay suficientes bacterias “trabajando”. Simplemente añade más materia seca y húmeda para crear una pila de compost y la temperatura aumente, así las bacterias se pondrán manos a la obra.
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