El árbol de kinoto o kumquat es una buena opción para quienes quieran tener árboles en sus jardines, sin que les ocupe demasiado espacio.
De hecho, muchos comparan este árbol, casi arbusto, con la estética de los bonsái, como si el kinoto fuese un naranjo reducido. Pero el kinoto vale por sí mismo, y sus pequeños frutos cítricos son riquísimos, podríamos decir, como un caramelo ácido… de naranja.
En una palabra, el kinoto no necesita justificarse por ser pequeño, ni porque sus frutos sean menos jugosos, menos dulces, más alargados que una naranja. Estos arbolitos florecen maravillosamente durante las primaveras, y sus pelotitas naranjas son un manjar que, eso sí, hay que comer con moderación.
Características del kumquat o kinoto
Como da a suponer su nombre, el origen del kinoto es Chino. No obstante, no se trata de una especie endémica, sino que su existencia se debe a antiguas hibridaciones entre cítricos. Por la lentitud de su desarrollo, muchas personas lo cultivan en macetas o contenedores. Una buena noticia, con respecto a quienes desean cultivar sólo un ejemplar, es que sus flores se autopolinizan, de modo que aun en soledad, el kinoto fructifica.
Puede deducirse que el hecho de que el kinoto resista bien las bajas temperaturas se deba, precisamente, a la ingeniería que supone su origen. A diferencia de lo que ocurre con los demás miembros de su familia de cítricos, este árbol no necesita climas tropicales o subtropicales para desarrollarse. De todos modos, si vives en una región de temperaturas demasiado bajas, lo más conveniente es que cubras tu kinoto de las heladas, o lo cultives en maceta, de modo de poder entrarlo a casa por las noches.
Cuidados para el cultivo del kinoto
Sí precisa sol, el kinoto. Y en esta condición se corresponde con los naranjos y limoneros. Sin el directo y constante, los frutos de los cítricos no prosperan. Otro requisito para un crecimiento adecuado de la planta es la presencia de un suelo fértil y con buen drenaje. Las raíces profundas necesitan agua, aunque si esta se estanca el árbol se verá afectado. Por su parte, la tierra fértil puede obtenerse mediante un fertilizante de 15-15-15.
A la hora de recolectar los kinotos, espera que estos sean grandes y bien anaranjados. Para extraer los frutos del árbol debes girarlos suavemente, así se desprenden. Recuerda no dar un tirón ni hacer fuerza. Si el fruto está maduro, verás que sale por sí solo. De todos modos, dale su tiempo, sus años, al kinoto, antes de ver sus frutos. Es el árbol ideal para trabajar la paciencia.