El volumen de exportación de cerezas en los últimos 10 años se duplicó en Argentina, pero existen trabas detrás de este negocio frutícola.
La Argentina produce aproximadamente 6.500 Tn. de cerezas en 2.595 ha. El 80 % de lo que se produce de cerezas en Argentina se exporta. La mayor parte (3.000 Tn.) corresponde a la producción de las provincias de Neuquén y Río Negro.
El volumen de exportación de cerezas en los últimos 10 años se duplicó en Argentina. Para la última temporada, donde todavía no hay datos oficiales, según la Cámara Argentina de Productores de Cerezas Integrados, el volumen de exportación total estimado alcanzará las cinco mil toneladas.
La producción y exportación de cerezas en la Argentina es reducida y está concentrada en pocas empresas que integran la producción con el empaque y el comercio.
La mayor parte de la cereza que se produce en la Argentina la exportan las 16 empresas que forman parte de la Cámara de Productores de Cerezas Integrados (CAPIC). Tienen un perfil netamente exportador porque el mercado interno no paga lo necesario para que hacer cerezas sea negocio.
Ese puñado de firmas embarcó en la última temporada 6.100 toneladas, lo que representó un crecimiento interanual de 9%. El principal mercado fue China, que está en expansión y es el principal importador global. Pero también hay opciones de crecimiento en otros destinos del sudeste asiático. Además se exporta a Europa y Estados Unidos.
Aníbal Caminiti, presidente de la CAPIC, consideró que el salto en las ventas al extranjero fue posible gracias al esfuerzo de los empresarios que aumentaron su productividad y a pesar de los problemas que tiene la economía local.
“La Argentina tiene 2.200 hectáreas, mientras que Chile tiene 40.000 hectáreas y exporta 360.000 toneladas. Hace 10 años que no crecemos en superficie porque no están dadas las condiciones para invertir. El país no da previsibilidad en su juego económico y estamos sujetos a costos internos que superan la media de nuestros exportadores holgadamente”, explicó.
El desarrollo de este sector, según Caminiti, se ve frenado además por la falta de competitividad, que no sólo tiene que ver con la cuestión cambiaria.
“Chile tiene tratados de libre comercio con arancel cero y nosotros vamos a China a vender con un arancel de 10%, a Europa con arancel de 12%, a india de 30% y a Tailandia 40%”, sostuvo Caminiti.
El referente de la producción de cerezas dijo que la actividad requiere de medidas de política sectorial que apuntalen no sólo una mayor inserción en el mercado mundial -que fue creciendo por el empuje de los emprendedores- sino que además faciliten las inversiones necesarias para que crezca la superficie sembrada.