El cambio climático está redefiniendo el mapa productivo de Argentina. A medida que las temperaturas suben y los patrones de lluvia cambian, ciertas regiones se vuelven más adecuadas para cultivos específicos, mientras que otras enfrentan desafíos cada vez mayores. Este fenómeno afecta directamente la agricultura y la ganadería, pilares de la economía nacional.
Más de 40 profesionales se dieron cita en la 33ª Jornada Anual de La Segunda Seguros, celebrada en Santa Rosa de Calamuchita. El evento fue un punto de encuentro clave para debatir sobre capacitación, las últimas innovaciones tecnológicas y la sostenibilidad en el sector.
El cambio climático está redefiniendo la producción agrícola y ganadera en Argentina, lo que presenta un desafío para los tasadores. Estos profesionales se enfrentan a un panorama de riesgos cada vez más complejos, con la amenaza constante de sequías, heladas, vientos y caída de granizo.
Para abordar esta nueva realidad, La Segunda Seguros organizó la 33.ª edición de sus «Jornadas de Tasadores de Riesgos Agropecuarios y Forestales» en Santa Rosa de Calamuchita, que se llevó a cabo el 13 y 14 de agosto. El evento reunió a más de 40 ingenieros agrónomos y veterinarios de distintas provincias del país para capacitarse sobre las nuevas exigencias del sector.
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Transformación de las zonas productivas
Los cultivos tradicionales, como la soja y el maíz, están migrando hacia el sur de la región pampeana, buscando condiciones más favorables. Al mismo tiempo, el norte argentino experimenta sequías más frecuentes e intensas, lo que pone en riesgo la producción de caña de azúcar, tabaco y legumbres. En contraste, la región patagónica, que tradicionalmente no era un área agrícola significativa, está viendo un aumento en la producción de vid y frutas finas, beneficiada por inviernos más suaves y veranos más largos.
El evento se centró en la capacitación y el intercambio de experiencias para los equipos, con el objetivo de reforzar las capacidades técnicas y estandarizar los criterios de trabajo.
“Buscamos reconocer la labor de los tasadores y reafirmar el compromiso de la compañía con los productores”, afirmó Carlos Comas, gerente de Riesgos Agropecuarios y Forestales.
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Puntos destacados del encuentro:
- Capacitación técnica: Se actualizaron y fortalecieron las habilidades de los equipos.
- Unificación de criterios: Se estandarizaron los métodos de trabajo.
- Intercambio de experiencias: Se creó un espacio para compartir conocimientos entre los participantes.
- Reconocimiento: Se valoró la labor de los tasadores.
- Compromiso: Se reforzó el apoyo de la empresa a los productores.
Innovación tecnológica para el sector agrícola
La tecnología ocupó un lugar central en la agenda, destacando varias innovaciones clave.
Se presentó la última versión de Tasagran, una aplicación que combina datos satelitales y de campo para geoposicionar daños, garantizar la trazabilidad y alimentar una base de datos geográfica interna.
Además, se mostraron avances significativos en inteligencia artificial aplicada a la tasación agrícola. La startup SmartWay colaboró con soluciones para la predicción de rendimientos, mientras que la firma Jump ofreció capacitaciones sobre el uso de la IA para la toma de decisiones y el análisis de datos.
Según Comas, «el tasador debe validar la información en el campo, no salir a buscarla». Este enfoque busca reducir los tiempos de pago, asegurar la objetividad y optimizar la respuesta a las necesidades de los productores.
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Inclusión y sostenibilidad: pilares en la capacitación de la segunda seguros
Un tema central de las jornadas fue la inclusión de más mujeres en el equipo de tasadores, quienes ya tienen un rol destacado en la evaluación de cultivos extensivos y en invernaderos. Esta medida refleja y acompaña la tendencia global de una mayor participación femenina en el sector agropecuario.
La capacitación culminó con una presentación de Amancay Herrera, del Laboratorio Suelo Fértil, sobre el diagnóstico de fertilidad del suelo. Herrera enfatizó la importancia de un análisis completo (considerando variables físicas, químicas y biológicas) para predecir posibles riesgos y mejorar la productividad de los campos.
Con estas iniciativas, La Segunda Seguros refuerza su compromiso con la innovación, la formación continua y la sostenibilidad. La empresa busca así preparar a sus profesionales para enfrentar los retos del cambio climático y ofrecer un mejor acompañamiento a los productores en el dinámico escenario actual.
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Desafíos y adaptaciones
Los productores enfrentan la necesidad de adaptarse a estas nuevas realidades. Las estrategias incluyen la implementación de sistemas de riego más eficientes, la siembra de variedades de cultivos más resistentes al calor y la sequía, y la diversificación hacia actividades productivas menos vulnerables a la volatilidad climática. Además, la ganadería también se ve afectada; la escasez de pastos en algunas zonas está obligando a los productores a trasladar sus rebaños o a adoptar sistemas de alimentación suplementaria. El futuro de la producción argentina dependerá de la capacidad de adaptación y resiliencia frente a los cambios ambientales.