La Ley de blanqueo de capitales ha impulsado un aumento de consultas por propiedades rurales, especialmente en zonas productivas como la Pampa Húmeda, que se consolidan como una opción atractiva para diversificar carteras.
El blanqueo de capitales, impulsado por la Ley 27.743, ha generado un cambio significativo en el mercado inmobiliario. A pesar de que el monto blanqueado es menor en comparación con anteriores procesos, el flujo de inversiones ha redireccionado su atención hacia el sector rural, especialmente a tierras agrícolas. Entre un 2% y 3% del total ingresado al sistema se destinaría a la compra de campos, un fenómeno que se atribuye a la estabilidad que ofrece la actividad inmobiliaria rural.
Las consultas por propiedades rurales han aumentado considerablemente, especialmente en zonas productivas como la Pampa Húmeda, una región reconocida por su alta productividad. Según Federico Nordheimer, CEO de la inmobiliaria Nordheimer Campos y Estancias, “este blanqueo ha impulsado un notable aumento en las consultas por propiedades rurales, evidenciando un creciente interés de los inversores”. La seguridad que ofrece la tierra agrícola, su capacidad de generación de ingresos a través de la explotación, y su estabilidad frente a fluctuaciones del mercado inmobiliario urbano, son algunos de los factores que atraen a los inversores.
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Una de las principales razones que explica este giro hacia el campo es que el sector agropecuario ha demostrado ser resistente a crisis económicas. Durante la pandemia, el rendimiento del campo se mantuvo constante, mientras que otras áreas del mercado inmobiliario urbano fueron afectadas por la recesión. Este cambio de paradigma ha sido clave para que nuevos inversores, principalmente aquellos que antes solo apostaban al mercado urbano, vean en el campo una oportunidad estratégica para diversificar sus portafolios de inversión.
El mercado de tierras agrícolas, en particular en la región de la Pampa Húmeda, está experimentando una demanda creciente. A pesar de la falta de oferta en zonas clave como la zona núcleo, los precios siguen siendo relativamente bajos en comparación con mercados internacionales, lo que convierte a Argentina en un destino atractivo para inversores locales e internacionales. Además, los campos agrícolas no solo ofrecen rendimientos a través de la explotación productiva, sino que también presentan oportunidades de revalorización a largo plazo, consolidándose como una alternativa cada vez más popular entre quienes buscan estabilidad y diversificación en sus carteras.