Se trata de un proceso por el cual se transforma a los residuos orgánicos en abono, lo que se considera una enmienda ideal para enriquecer y reactivar el suelo de la huerta, jardín o cantero.
La transformación se realiza mediante microorganismos descomponedores, como hongos y bacterias, que actúan como recicladores descomponiendo la materia y creando compost. Este compost, una enmienda con múltiples beneficios para el suelo, representa una parte importante del manejo de residuos sólidos urbanos, donde el 17% corresponde a papel y cartón, y el 50% a residuos orgánicos, según expertos del INTA.
El cuidado domiciliario implica proporcionar a estos microorganismos alimento y condiciones adecuadas para su desarrollo óptimo. Se clasifica la materia orgánica en dos grupos principales: los verdes, ricos en nitrógeno y humedad, y los marrones, ricos en carbono y secos.
Los verdes incluyen restos de frutas, verduras, césped y hojas recién cortadas, mientras que los marrones consisten en hojas y ramas secas, cartón y papel. Estos materiales contribuyen al proceso de compostaje, proporcionando nutrientes y mejorando la estructura del suelo.
Para compostar, es necesario disponer de un espacio adecuado, que puede ser abierto o cerrado. En entornos urbanos, se recomiendan sistemas cerrados como contenedores o composteras para manejar volúmenes pequeños de residuos y mantener la estética y la higiene. Se pueden encontrar una variedad de modelos comerciales o caseros para este fin.
Es importante separar los residuos verdes de los marrones y evitar materiales no aptos, como alimentos cocidos, lácteos, carnes, papeles con tintas, pañales y productos químicos. Mantener una proporción adecuada entre los materiales y asegurar la humedad y la aireación son clave para un compostaje exitoso.
La temperatura también juega un papel importante en el proceso, siendo más rápido en climas cálidos y más lento en climas fríos. El compost estará listo para su uso en unos 3 a 6 meses, dependiendo de las condiciones. Se recomienda tamizar el compost antes de usarlo y almacenarlo en un lugar fresco y oscuro para mantener su calidad.
Este método de compostaje casero ofrece una solución efectiva para reducir los residuos orgánicos y mejorar la salud del suelo de manera sostenible.