Estos árboles son centenarios, algunos milenarios, que sobreviven a las generaciones y tienen una aureola sagrada ya desde los tiempos de los astures.
El tejo (Taxus baccata), ese árbol milenario y misterioso, no es originario de Argentina. Su distribución natural se concentra en las regiones templadas del hemisferio norte, como Europa, Asia y algunas partes de América del Norte.
Sin embargo, debido a la explotación y a la pérdida de hábitat, muchas de sus poblaciones se encuentran amenazadas. Su estudio y conservación son fundamentales para preservar este legado natural.
El tejo (Taxus baccata) es una especie de conífera longeva y de crecimiento lento, conocida por su madera dura y resistente, así como por su toxicidad. Ha sido venerado por muchas culturas a lo largo de la historia y asociado con la muerte y la vida eterna.
Distribución Geográfica del Tejo
El tejo es originario de las regiones templadas del hemisferio norte. Se encuentra en Europa, Asia y América del Norte, creciendo en bosques húmedos y sombreados, a menudo en zonas montañosas.
Europa es el continente donde se encuentra la mayor diversidad de tejos, especialmente en las islas británicas, donde han sobrevivido ejemplares milenarios. También se pueden encontrar en Europa central y meridional, aunque en menor cantidad.
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En Asia, los tejos se distribuyen desde Europa oriental hasta Japón, pasando por Rusia y China. En estas regiones, suelen crecer en altitudes más elevadas.
En América del Norte, los tejos se encuentran principalmente en Canadá y en la parte oriental de Estados Unidos.
Factores que Afectan su Distribución
La distribución del tejo ha sido afectada por diversos factores, entre los que destacan:
- Explotación forestal: Debido a la calidad de su madera, el tejo ha sido talado durante siglos, lo que ha reducido sus poblaciones.
- Crecimiento lento: El tejo es una especie de crecimiento muy lento, lo que lo hace vulnerable a la explotación.
- Hábitat: Prefiere suelos ácidos y húmedos, lo que limita sus zonas de distribución.
El Tejo y la Cultura
El tejo ha sido un árbol sagrado en muchas culturas, asociado con la muerte y la vida eterna debido a su longevidad y a la toxicidad de sus hojas, semillas y corteza. En la Europa medieval, se plantaban tejos en los cementerios y cerca de las iglesias.
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