La reutilización de viejos autobuses no es nada nuevo, muchas personas los convierten en casas rodantes o pequeñas viviendas minimalistas. Pero la novedad es que una canadiense, los está convirtiendo en invernaderos.
Convertir los autobuses escolares antiguos en caravanas y pequeñas viviendas se ha vuelto cada vez más popular en los últimos años, pero ahora Doni Rae Franklin en Alberta, Canadá, ha encontrado otro uso para ellos. Ella tuvo la inspiradora e insólita idea de convertirlos en invernaderos.
Los invernaderos son una excelente manera de extender la temporada de crecimiento y proteger los cultivos de las duras condiciones climáticas en las regiones frías, pero pueden ser muy costosos, dependiendo del tipo de material utilizado. El plástico flexible de polietileno es relativamente asequible, pero no es muy resistente a los vientos fuertes y debe reemplazarse cada dos años. Con su estructura y revestimiento de acero, los autobuses escolares son conocidos por su casi indestructibilidad y se pueden comprar a precios muy bajos.
El nombre de esta creativa mujer es Doni Rae Franklin y vive en Alberta, Canadá. Ella ha encontrado otro uso a los autobuses: utilizar gran parte de su estructura para convertirlos en invernaderos.
Cultivar en invernaderos resulta la estrategia de muchos agricultores para adelantar cultivos de primavera o para proteger especies sensibles a las heladas. Pero la construcción de estas estructuras, dependiendo los materiales, suele ser costosa.
Los autobuses ofrecen una estructura muy similar a la de un invernadero y son más que resistentes, solo hay que quitar el techo y reemplazarlo por nylon especial para invernadero, algo que es accecesible para cualquier agricultor y que suele recambiarse cada unos años porque se deteriora con el clima.
Comprar autobuses, algo que se vende casi como chatarra, no es muy costoso y con algunas modificaciones resultan ideales por espacio y resistencia para el cultivo de hortalizas.
Se retiran todos los asientos y se corta el techo que se reemplaza con nylon especial para invernadero. El material metálico del techo se adapta también para fabricar las bandejas o cajones de cultivo que resultan más resistentes que las de madera.
Un punto a favor lo son las ventanas de vidrio que dejan pasar la luz y con solo abrirlas ya se produce la ventilación necesaria que necesitan las plantas cultivadas en invernaderos.
“Tener las cajas de plantación en el piso nos permite cultivar plantas más altas y productivas. La mayoría de las variedades de tomates tienen una altura indeterminada, lo que significa que en realidad crecerán entre 5 y 13 pies de altura si se les da la oportunidad “ dice Franklin.
La mujer cuenta con varios autobuses con cultivos. Uno de ellos hasta se encuentra en funcionamiento y va directamente al mercado a vender sus verduras con él. Más fresco imposible.
“Al involucrarme cada vez más en la agricultura comercial, me di cuenta de que estos invernaderos son la mejor manera de obtener una cosecha confiable, al evitar que fenómenos como las heladas y el granizo causen estragos”, explica Franklin.
El contexto actual ha hecho que muchas personas tomen conciencia sobre su salud y alimentación y que este tipo de proyectos cobren relevancia.
Al tomarnos el tiempo para reutilizar y aprovechar al máximo lo que tenemos, seguramente podemos contribuir un poco más a proteger el medio ambiente.