La diputada Lucía Klug (UxP) presentó la Tasa Ambiental sobre el Metano (TAMBA), que aplicaría un cargo según las emisiones ganaderas. Entidades del campo y legisladores opositores cuestionaron su viabilidad técnica y su impacto productivo.
Un proyecto de ley de la diputada Lucía Lorena Klug (Unión por la Patria) propuso crear la Tasa Ambiental sobre el Metano en Buenos Aires (TAMBA), un tributo que se calcularía según los kilogramos de CO₂ equivalente emitidos por el ganado en la provincia. La autora señaló que la ganadería representa cerca del 19% del metano provincial y que la medida se enmarca en esquemas de “Responsabilidad Extendida del Productor”.
La iniciativa desató un rechazo inmediato entre entidades rurales. La CARBAP afirmó que “cobrar por respirar a las vacas no reduce emisiones, reduce producción”, y alertó que la tasa implicaría una nueva carga impositiva sobre un sector ya presionado por costos y regulaciones. Productores advirtieron además que la propuesta no viene acompañada de incentivos o planes de mitigación.
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Desde la oposición, el diputado Luciano Bugallo (Coalición Cívica) cuestionó la inviabilidad técnica del proyecto, al señalar que no existe tecnología accesible y verificable para medir emisiones de metano establecimiento por establecimiento. También criticó el planteo como un “impuesto a los pedos de las vacas”, subrayando que el sistema sería imposible de fiscalizar.
Aunque Klug defendió la necesidad de nuevas herramientas ambientales, fuentes legislativas aseguraron que el proyecto no reúne apoyo de otros bloques, carece de consenso técnico y su futuro parlamentario es prácticamente nulo. En la Legislatura bonaerense anticipan que la propuesta difícilmente avance a debate formal.
