Las intensas lluvias agravaron la situación en el centro y este bonaerense, con caminos intransitables, campos anegados y pérdidas productivas que podrían extenderse hasta 2026. Desde CARBAP advierten por la falta de infraestructura en la cuenca del río Salado.
Las fuertes lluvias registradas en Buenos Aires dejaron un panorama crítico para el sector agropecuario. Según las primeras estimaciones, más de cinco millones de hectáreas están afectadas por inundaciones y exceso de humedad, lo que imposibilita la siembra y el tránsito de maquinaria en amplias zonas del centro y este provincial. El fenómeno golpea de lleno la producción de granos y ganadería, y genera preocupación por el impacto que tendrá el próximo año.
Uno de los puntos más golpeados fue Urdampilleta, en el partido de San Carlos de Bolívar, donde el temporal causó destrozos, caída de árboles y postes, y cortes de energía eléctrica. Pero no fue el único: localidades agrícolas clave como 9 de Julio, Lincoln, Carlos Casares y 25 de Mayo también quedaron comprometidas por el agua acumulada y los caminos anegados, dificultando la logística rural.
Desde la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), su dirigente Pablo Ginestet advirtió que “no solo hay zonas inundadas, también campos sin piso y caminos intransitables. Estamos hablando de más de cinco millones de hectáreas hoy, y quizás me quede corto”. En septiembre, la entidad había informado tres millones de hectáreas afectadas, pero las nuevas lluvias extendieron el daño hacia el este y el sur provincial, desde Las Flores hasta la zona costera.
Ginestet señaló que la emergencia actual responde a una combinación de factores: el exceso de lluvias y la falta de obras estructurales en la cuenca del río Salado, una deuda histórica que agrava cada evento climático. Con las proyecciones de un fin de año aún húmedo, los productores mantienen la esperanza de que las lluvias cedan y que se avance finalmente en infraestructura hídrica que mitigue el impacto de futuros temporales.




