Cuando las temperaturas se van para arriba, la huerta también. En esta simple guía te presentamos los principales cultivos para este mes. Todo lo que tenés que saber.
Con la primavera ya avanzada y las temperaturas cálidas ganando terreno, el mes de octubre es ideal para la huerta en Argentina, ya que las temperaturas comienzan a ser optimas y las lluvias suelen ser más frecuentes en algunos casos y para ciertas regiones, lo que favorece el crecimiento de las plantas.
¿Por qué octubre es un buen mes para la huerta?
- Temperaturas agradables: El frío del invierno comienza a ceder y las temperaturas se vuelven más cálidas, lo que permite que muchas semillas germinen y las plantas crezcan de manera más vigorosa.
- Aumento de las horas de luz: Los días se alargan, proporcionando a las plantas la luz solar necesaria para realizar la fotosíntesis y producir sus propios alimentos.
- Lluvias más frecuentes: Las lluvias otoñales contribuyen a mantener el suelo húmedo, lo cual es esencial para el desarrollo de las raíces.
En octubre, puedes sembrar una gran variedad de hortalizas, entre las que se destacan:
- Verduras de hoja: Lechuga, acelga, espinaca, rúcula, perejil, cilantro.
- Raíces: Zanahoria, remolacha, nabo, rabanito.
- Frutos: Tomate, pimiento, berenjena, pepino, zapallo, calabaza, melón, sandía.
- Legumbres: Poroto, arveja.
- Otros: Maíz, cebolla, ajo.
¿Por qué estas hortalizas en particular?
- Temperaturas: Muchas de estas hortalizas se adaptan bien a las temperaturas templadas de octubre y requieren de un buen sol para su desarrollo.
- Humedad: Las lluvias de octubre proporcionan la humedad necesaria para el crecimiento de las plantas, especialmente aquellas que necesitan mucha agua como los tomates y los zapallos.
- Ciclo de cultivo: El ciclo de cultivo de muchas de estas hortalizas coincide con los meses de primavera y verano, por lo que octubre es un momento ideal para sembrarlas.
Consejos adicionales:
- Preparación del suelo: Antes de sembrar, asegúrate de preparar bien el suelo, removiéndolo y abonándolo.
- Riego: Riega tus plantas regularmente, especialmente durante los días más calurosos.
- Asociación de cultivos: Algunas plantas se benefician de crecer juntas, como el tomate y la albahaca.
- Rotación de cultivos: Evita plantar la misma hortaliza en el mismo lugar año tras año para evitar el agotamiento del suelo y la proliferación de plagas y enfermedades.