El mes de agosto en Argentina se alinea con su patrón climático habitual: la precipitación es generalmente baja en gran parte del país.
Las pocas lluvias en el mes de agosto en Argentina se deben a un patrón climático estacional bien definido que marca el invierno austral. Varios factores clave contribuyen a este fenómeno que, durante el invierno, las masas de aire suelen ser más frías y secas. El aire frío tiene una menor capacidad para retener vapor de agua, lo que reduce la formación de nubes y, por ende, las precipitaciones.
En el invierno, es común que se establezcan sistemas de alta presión atmosférica (anticiclones) sobre gran parte de Argentina. Estos sistemas se caracterizan por el descenso de aire seco y estable, que suprime la formación de nubes y frena la entrada de frentes de lluvia, restringiendo de manera general los eventos de precipitaciones generalizadas.
Si miramos al campo, el panorama para los cultivos de trigo y cebada es alentador, ya que las zonas agrícolas clave no enfrentarán una escasez significativa de agua.
El siguiente mapa de pronóstico muestra una distribución de lluvias que se mantiene dentro de los parámetros normales o ligeramente por encima en las principales áreas de cultivo:
- Buenos Aires y Entre Ríos: Las regiones del este de estas provincias, vitales para la producción de cereales, podrían recibir lluvias ligeramente superiores al promedio. Esto asegura una buena disponibilidad hídrica en un momento crucial para la etapa de desarrollo de los cultivos.
- Córdoba: Esta provincia registrará precipitaciones levemente por debajo de lo normal. No obstante, este desvío es menor y no representa una amenaza para los rendimientos esperados.

La excepción: un déficit de lluvias en la Patagonia
La única señal de un déficit significativo de precipitaciones se observa en la región de la cordillera del sur de Mendoza, Neuquén y Río Negro. En esta zona, el pronóstico indica un marcado descenso de las lluvias, lo que podría generar condiciones de sequía. Sin embargo, dado que estas no son zonas agrícolas de secano, el impacto en la producción nacional de granos es mínimo.
Conclusión: Un comienzo favorable para la campaña de invierno
En resumen, el pronóstico de lluvias para agosto es positivo para el sector agrícola. La normalidad hídrica en las principales zonas productoras asegura que los cultivos de trigo y cebada tendrán el agua necesaria para continuar su desarrollo, ofreciendo un buen comienzo para la etapa más crítica de la campaña de invierno.