El trigo, en cualquier caso, no es el único cereal que se está viendo afectado por el conflicto. Cerca de la mitad del trigo que consume la Unión Europea proviene de Ucrania, que también es origen de muchos productos para alimentación animal basados en este cereal.
La invasión de Ucrania y las sanciones con las que ha respondido Occidente están afectando de lleno a los europeos, que cada vez que encienden la calefacción o repostan gasolina se acuerdan de las ambiciones imperialistas de Vladímir Putin. El precio de la energía, en efecto, está descontrolado desde que las tropas rusas pisaron Ucrania, pero los combustibles fósiles no son ni mucho menos la única materia prima cuyo suministro se ve amenazado por la guerra.
El precio del trigo ya ha aumentado un 35% desde el comienzo de la invasión de Ucrania, y eso que la cosecha de 2021 sigue copando el mercado, pero el gran desafío es a futuro. El Gobierno ucraniano ya ha prohibido la exportación de trigo, avena y otros productos alimenticios para evitar una crisis aún mayor dentro de sus fronteras. Y si Rusia sigue sometiendo por la fuerza la región sureste de Ucrania, la que concentra las plantaciones de trigo del país, muchos agricultores tendrán casi imposible mantener unos niveles mínimos de producción.
Según la FAO, cerca del 30% de las zonas de cultivo de Ucrania ya no se cosecharán este año debido al conflicto. Y a ello hay que añadir la posible caída de Odesa, la salida de Ucrania al mar Negro y la principal vía de salida principal de su exportación de trigo, en manos rusas.
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Un análisis que alcanza al mundo
La columnista de Bloomberg Elizabeth Elkin informó en un artículo de opinión sobre el aumento de los precios de los fertilizantes a nuevos máximos históricos: “El índice de precios de fertilizantes de Green Markets North America saltó casi un 10% a un máximo histórico el 18 de marzo, ya que los actores del mercado temen el impacto de las sanciones en Rusia, un major un proveedor de todos los principales tipos de fertilizantes para cultivos agrícolas, que antes se suministraban a precios asequibles para los agricultores. Rusia representó casi una quinta parte de las exportaciones de fertilizantes en 2021, según Trade Data Monitor y Bloomberg Green Markets. Los precios de los fertilizantes están subiendo a un nuevo récord a medida que se interrumpen las ventas de Rusia y el gas natural súper caro en Europa, la principal materia prima para la mayoría de los fertilizantes nitrogenados, está obligando a algunos productores europeos a reducir los volúmenes”.
Los expertos de la ONU continúan evaluando las interrupciones en curso en las exportaciones de cultivos del Mar Negro. The Washington Post cita sus conclusiones: “Incluso antes de los conflictos internacionales actuales, 2022 debería haber sido un año de precios de los alimentos por las nubes. Es casi seguro que no habrá suficientes alimentos para alimentar al mundo este año. La situación se está volviendo rápidamente ‘catastrófica’ con una alta probabilidad de hambruna en partes de Medio Oriente y África».
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Un editorial de The Post señaló que “el riesgo de hambruna es alto para los países en desarrollo porque los ciudadanos de los países de bajos ingresos no tienen suficiente dinero para pagar alimentos caros. Cincuenta países dependen de Rusia y Ucrania para obtener más del 30 por ciento de su trigo, y muchos de ellos se encuentran entre los países más pobres del norte de África, Asia y Medio Oriente”