Las principales áreas productivas del país advierten la disminución en las vacas lecheras, esto ha provocando un encendido de alerta entre los tambos y los productores.
Los motivos de tal reducción en los animales destinados a la producción lechera son variados. Por un lado la lechería es una actividad que desde siempre estuvo sujeta a los vaivenes de precios y costos, que fueron llevando al achique en el número de tambos y a la salida especialmente de los más chicos. Muchas veces, esa genética es adquirida por otro tambo que incrementa su tamaño.
La falta de mercados institucionalizados para la leche es, según denuncian los dirigentes rurales, uno de los problemas que tiene el sector y que limita el poder de defensa de todos los productores, pero especialmente de los más chicos, que tienen menos espaldas financieras y muchas veces alquilan las tierras donde producen.
También hay una realidad que vale la pena rever, hoy el manejo reproductivo impacta mucho en la rentabilidad del rodeo, y el productor lo está entendiendo claramente. Los cambios en los sistemas de producción son reales; hay un claro aumento de la producción individual, de instalaciones, a lo que se le suman los constantes avances tecnológicos aplicables. Los tambos ya son muy diferentes a los de hace 5 o 10 años”.
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Luz roja en el sector lechero
Desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria pidieron trabajar para dar vuelta la situación.
“Desde 2017 el rodeo lechero nacional está en constante involución”, sostuvieron los técnicos del INTA Lechero. Además, explicaron que el 63% de las muertes ocurre en las tres primeras semanas de lactancia.
Al mismo tiempo, aclararon que el manejo de la etapa de transición es determinante para la supervivencia de los animales. Cabe destacar que desde 2015 a la actualidad se perdió el 1,5 % del rodeo.
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“La falta de eficiencia en diferentes etapas de la crianza y recría explica, en parte, por qué los rodeos no alcanzan la cantidad de vaquillonas de reposición que requieren sus sistemas y deben conservar vacas que deberían ser descartadas o comprar vaquillonas”, aclararon. También argumentaron que otro de los indicadores clave es el descarte involuntario.
Por último, explicaron que, en la transición, entre un 30% y un 50% de las vacas sufre alguna enfermedad metabólica o infecciosa que la predispone a ser dada de baja del rodeo. De esta manera pidieron que se trabaje para aumentar el stock.